Sueños Prohibidos

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Relato basado en una escena de la telenovela " Mañana es Para Siempre".

Todo aquí escrito es imaginario no lo olviden. 😉
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Iracundo al no obtener respuesta a su pregunta sobre el asunto de Liliana Elizalde la tomo del cuello tratando de acabar con su vida en ese preciso momento.

---" Esa no es la forma de tratar a una dama"-- dijo tratando de quitarse aquellas enormes manos de su cuello para que de nuevo el aire pudiera llegar a sus pulmones.

Tomó el control de su irá, lentamente fue quitando su mano de aquel cuello adornado por un precioso collar negro.

Su piel era suave,adictiva aquella piel que añoraba acariciar sin ninguna barrera.

Ella trataba de nuevo que el aire llegará a sus pulmones,respiraba con dificultad tosiendo de vez en cuando.

Fue en busca de un vaso de agua para ofrecerle,había rebasado sus límites atentar en contra de la vida de alguien,eso no era nada correcto.

--" Lo lamento "-- dijo entregándole el vaso con el agua.

No dijo absolutamente nada,se limito únicamente a tomar el agua y a tratar de volver a respirar normalmente.

Le dió la espalda,no tenía ánimos de seguir discutiendo y menos con aquel sujeto.

--" Déjeme revisarla "-- pidió colocando una mano sobre su hombro.

--" Estoy bien"-- respondió toscamente.

--" Casi la mato,por favor déjeme ver su cuello"-- sin previo aviso comenzó a quitarle el collar para comprobar por el mismo si acaso habían marcas de sus manos.

Frunció el entrecejo cuando sintió como aquel hombre le quitaba el collar y de la nada le daba la vuelta.

Incrédulo vio las marcas de sus dedos en aquel cuello.

-Cielos,cuánto se arrepentía en haber marcado aquella perfecta parte de su piel.

Comenzó acariciar dónde sus manos anteriormente habían apretado con cada fuerza de su ser.

Aquel vestido strapless negro que llevaba puesto la hacía lucir más diabla,un ángel que había enviado Lucifer a la tierra para pecar.

Las marcas en el cuello habían pasado a segundo plano,ahora tenía ambas manos acariciando aquella parte de su cuerpo,comenzó acariciar sus desnudos hombros.

La razón le decía que la soltará y saliera cuanto antes de aquella oficina,pero su cerebro no coordinaba como era debido.

El suspiro de satisfacción que salió de su cuerpo fue inigualable,el libido comenzó aumentar cuando comenzó acariciarle sus delicados brazos cubiertos por un pedazo de encaje.

Eran caricias delicadas y certeras,nunca nadie la había acariciado de aquel modo ni aquel viejo que tenía como esposo.

--" Suelteme"-- rogó balbuceando.

--" No puedo,lo siento"-- fue lo único que artículo antes de apoderarse de los labios de aquella mujer.

La negra cabellera de Bárbara estaba entre las manos de Franco,quien halaba con fuerza hacia atrás abriéndose camino para besar y lamer con total antojo el cuello de la mujer que tenía entre sus brazos.

Mordió y relamio a su completo antojo,supuso que era su lugar favorito dónde amaba que la besaran porque ella misma echaba el cuello para atrás dándole libre y total acceso .

--" Dime que no lo deseas tanto como yo...?"-- preguntó gimiendo contra sus labios obligandola prácticamente a tocar su endurecido miembro.

--" Lo deseo, incluso más que tu"-- jadeo.

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