Capítulo 2

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El chófer detuvo el auto frente a un lujoso restaurante, el aún abrumado por los miles de pendientes que aún tenía y encima de eso su secretaria había renunciado, que haría ahora, donde encontraría a alguien tan eficiente como Martina.

Aún pensando en todo lo que había pasado, no escucho cuando el chófer le anunció que ya habían llegado e incluso ya había abierto la puerta.

Chófer: Señor

Fernando reaccionó, y volvió de nuevo a su realidad.

Chófer: Señor, hemos llegado...

Fernando: Gracias, puedes irte a descansar yo regresaré a casa con mi esposa.

El chófer asintio.

Fernando se dirigió hacia la recepción del restaurante, la recepcionista lo llevo hacia la mesa que habían reservado para el y para su esposa. Decidido a olvidarse por unas horas de sus problemas en la oficina, apagó su celular, no quería ninguna interrupción que arruinara la cena con su esposa.

8:30 p.m

Llevaba media hora esperándola, odiaba que lo dejarán esperando, la impuntualidad lo irritaba de sobre manera. A veces pensaba que la que creía y algún día dijo amarlo con locura estaba perdiendole el amor que le tenia, ya no tenían las mismas pláticas de pareja que solían tener, ya no eran aquellos jóvenes enamorados y jurándose amor eterno, ella había cambiado ya no era la misma, vivía solamente para su trabajo y su carrera pero el sin embargo seguía AMÁNDOLA como un loco adolescente.

Concentrado en sus pensamientos bebió del líquido ambarino que tenía el vaso, llevaba dos vasos de whisky, cuando subió la mirada, la vio entrar a la recepción del restaurante, alzó la mano para que lo pudiera ver.

Silvia lo vio y se dirigió a la mesa en donde su paciente marido llevaba esperándola más de media hora.

Silvia: Hola Cariño, discúlpame por llegar a esta hora pero tuve una reunión de urgencia y terminó algo tarde.

Lo que más le sorprendió a Fernando fue que cuando la beso en los labios aquella mujer dulce, cariñosa, amorosa que solía ser, se había transformado dejando solo a una mujer fría,indiferente, y poco amorosa. Fernando pensó que solo eran imaginaciones suyas y que solo estaba cansada después de un largo día de trabajo.

Fernando: Querida qué bueno que llegaste por un momento pensé que me habías dejado plantado.

Silvia: Perdóname pero salí algo tarde de la oficina y el tráfico allá afuera es una locura.

Fernando: Ya olvidemos el incidente y ordenemos la cena que muero de hambre.

--La cena transcurrió con total normalidad, definitivamente ya no eran los mismos de hace algunos años, que durante la cena hablaban de cómo estuvo sus respectivos días en la oficina, los incidentes que habían ocurrido, anécdotas, y recuerdos de la juventud. Ya no era lo mismo, el silencio que se sentía en ese momento empezaba a incomodar a Fernando, tanto que decidió romperlo.

Fernando: Como te fue hoy cariño? Tuviste un día pesado?

Silvia: Lo mismo de siempre querido,juntas, inversionistas, reuniones con los ejecutivos en fin. Y a ti como te fue?

--Iba a contarle lo que había sucedido pero su relato se vio interrumpido por el sonido insistente de un celular. El celular de Fernando no podía ser, lo había apagado antes de que Silvia llegará pero podía adivinar de quién era aquel aparato que no paraba de sonar.

Silvia: Lo siento cariño, debo contestar.

--Fernando iba a reclamarle, decirle que como prefería su trabajo antes que el pero guardo la calma y la serenidad que podía.

Fernando: No te preocupes mi vida, contesta que yo espero a que acabes tu llamada.

--La vio alejarse, para luego regresar después de unos minutos. Lo que le dijo lo dejo más que impactado .

Silvia: Discúlpame cariño, debo irme, los inversionistas tailandeses acaban de llegar al país y mi presencia es indispensable.

--Fernando incrédulo y en un estado de shock evidente, no tuvo reacción alguna iba a dejarlo abandonado y a mitad de la cena, por cumplir un compromiso de trabajo. Iba a discutir y a reclamarle un sin fin de cosas que últimamente habían estado cambiando en ella, pero debía guardar la compostura y debía cuidar su imagen y apariencia más aún cuando estaban en un lugar público.

Fernando: No te preocupes Silvia ve y atiende tu compromiso, te espero en la casa.

Silvia: Gracias cariño, nos vemos en la casa.

--La vio alejarse y salir de aquel lugar, lo que apuntaba a ser una cena romántica y con una plática placentera se había transformado en la peor de sus noches, solo en aquel lugar sin su esposa porque lo había abandonado a mitad de la cena por cumplir un compromiso de trabajo, no tuvo más remedio que pedir la cuenta y salir cuanto antes de aquel lugar...

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora