𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸

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Esto va a terminar jodiéndome.

El pitido de mi pastillero me recordó que era hora de tomar mi medicamento, oficialmente llevaba una semana medicándome.

Solía tomarlas por la noche, porque suelen agotarme mucho. A veces pensaba que en lugar de ayudarme, solo me empeoraban.

Tomé las pastillas y repasé mentalmente cada una en caso de que olvidara alguna. Tenía las seis pastillas en una palma y con la otra sostenía una botella de agua.

Por mamá, Nolan y para que papá no se preocupe más.

Me tomé de una las seis, entre más rápido, mejor.

La semana que tenía libre antes del instituto la ocupé para conocer más el pueblo y remodelar por completo mi habitación.

Papá seguía conservando la camita donde dormía, se rehusaba a cambiarla, hasta que le hice entender que medía menos de un metro cuando dormía allí. Solo así entendió por fin que debíamos cambiarla.

A donde quiera que fuera con papá, todos nos miraban raro, me miraban raro. Estoy consciente de mi aspecto, y que no es común ver a alguien con mis características, a mi aun me cuesta asimilarlo.

Podía ver por las caras que me hacían que les desagradaba, pero nadie me decía nada por ser hija del alguacil. De igual modo, lo dejé pasar.

Al cabo de un rato me atacó una migraña horrible y comencé a sentirme muy fatigada, dejé de un lado la ropa que estaba guardando en el closet y me senté un momento.

Creo que es hora de tomarme un descanso.

Bajé a la cocina por un poco más de agua y encontré a papá viendo un programa en la televisión, me acerqué a él y ahí fue cuando me di cuenta que estaba dormido.

Volví al piso de arriba, esta vez regresé con una manta para taparlo, por estas fechas comenzaba a hacer mucho frío.

Me gustaba cuidar de los demás, y más si esas personas eran importantes para mí, y él sí que era una de ellas.

Apagué el televisor y me encaminé a mi cuarto para descansar.

Me senté en el sofá que estaba en la ventana y daba al frente de la casa, y tomé un libro para comenzar a leer mientras conciliaba el sueño.

El libro que leía iba genial, era sobre monarquía. Era el primero de una trilogía, las cosas iban demasiado bien para ser cierto.

Capté con el rabillo del ojo un movimiento en los arbustos de en frente, que hizo que perdiera toda la concentración de la lectura. Me incliné un poco hacia la ventana, pero no logre ver nada.

Capaz lo estás imaginando loca, tenemos antecedentes.

Le di la razón a mi conciencia, retomé mi lectura y al cabo de unos minutos caí en un profundo sueño.

[...]


Corre...

No había nada a mi alrededor más que árboles.

Corre...

Miraba hacia atrás, están cerca.

Corre...

No puedo más. Tenía la respiración muy agitada.

Corre, no te detengas...

Es tarde, están aquí.

Lúa, corre...

Corre, no mires atrás.

Lúa...

El grito ¿Cuál es el sonido de la muerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora