El grito ¿Cuál es el sonido de la muerte?

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟻

El primer parcial del semestre se me ha ido corriendo, los chicos y yo hemos estado dando vueltas de un lado a otro por proyectos y exámenes.

Estas últimas dos semanas no nos hemos visto todos, Nesha y yo vamos juntas a la escuela y eso ha hecho que nuestra relación crezca a gran medida, sin duda ahora podría confiarle mi vida de ser necesario.

Mi relación con todos a mejorado, a excepción de Ramsay, aún nos cuesta a ambos hablar, creo que no le caigo del todo bien.

Tampoco hablaba mucho con Calan, era amigo, pero este no era su grupo fijo, él tenía un amigo que era con quien siempre estaba.

A penas pudimos juntarnos todos hoy para almorzar en las mesas fuera de cafetería, mientras terminábamos de terminar algunas tareas.

—Los proyectos van a acabar conmigo – dice Anton sentado sobre la mesa.

— ¿Qué dices? Si le pagas al pobre Ramsay para que los haga – Nesha le da un pequeño golpe como reproche.

— ¿Entonces que has estado haciendo que te deja tan cansado? – cuestiono sorbiendo mi jugo de uva.

— La fiesta de bienvenida de mi hermano – lanza al aire –. Ah, están todos invitados había olvidado decirles, es este fin – dice despreocupado arrojando las gafas de sol que traía a la mesa.

— ¡¿Qué?! ¿Arden regresa? – Nesha comienza a dar brinquitos en su lugar.

— ¿Tienes un hermano? – me cuesta creerlo.

En todo este tiempo de ser amigos, nunca había escuchado a Anton mencionar que tuviese un hermano. Ni a ningún otro. Espero no sea tan parlanchín como este.

— Por desgracia – dice este.

— Y es un dolor de huevos más grande que Anton – habla por primera vez Ramsay.

— Miren quien decidió hablar, creí que te había comido la lengua el ratón – interviene Calan quien apenas va llegando y roba las papas fritas del pobre - ¿A dónde nos invitaron?

— Arden regresa, fiesta, bienvenida, mi casa, el fin de semana – dice Anton pausadamente sin darle largas al asunto.

—Genial, allá nos vemos – dicho eso, el rubio se retira con las papas de Ramsy.

Le puse ese apodo para quitarle algo de oscuridad a su persona, me gusta, es tierno, aunque el de miedo.

—Cree que por ser hijo del alcalde puede hacer lo que le venga en gana – protesta este.

— Relájate gruñosito, solo son papas – le molesta Anton.

El castaño solo pone caras y Nesha se acerca a él tomándole la mano por debajo de la mesa discretamente, pero logro verlos.

He notado este tiempo que él tiene problemas, no sé si de ira o simplemente le caemos mal todos, no lo sé. Pero su actitud cambia cuando ella está junto a él.

—Intentaré estudiar para mi examen de química del viernes – habla Anton después de un rato y hace un puchero – ¿Alguien puede prestarme sus apuntes?

— No, nadie – dice Ramsy.

— Yo te los presto – me ofrezco para apaciguar las cosas –, soy buena en química.

— Lúa es la única persona que si me quiere aquí – Anton le saca la lengua a la parejita –. Gracias copito – dice mientras le doy el cuaderno y frota mi cabello.