[6] La gran invitación

60 5 39
                                    

"¡Ni te atrevas a meterte en esto, Oliver Cass!"

Corrí lo más rápido que pude hacia la puerta principal, una de las sirvientas estuvo a punto de abrirla, pero la detuve en el acto, yo debía de hacerlo, cuando se trataba de quien pensaba que era, yo era la indicada para abrir aquella puerta, pero... mi sonrisa se esfumó al instante en que lo hice, solo se trataba de un mensajero del rey, no pude evitar sentirme decepcionada, pero intenté ocultarlo con una pequeña sonrisa.

—Buenos días, princesa. —Hizo una pequeña reverencia con su cabeza. —¿Dónde está su dama de compañía? Necesito hablar con su... —Sus ojos subieron hasta por encima de mi cabeza, pude notar como se movían de arriba abajo antes de hablar. —Su majestad, la Reina de Román... —Se inclinó haciendo una referencia, me voltee en la misma dirección a que él estaba mirando, una gran sonrisa apareció en mi rostro.

—¡Mamá! —No pude decir nada más pues ella me tomo entre sus brazos luego de quitarse el delantal que rodeaba su cintura, era como si quisiera alejarme de aquel señor.

—Buenos días, joven Miller. —Mi madre giro su cabeza varias veces, como si estuviese buscando algo o.... a alguien. Ambas habíamos cometido el mismo error, de seguro ella igual pensaba que se trataba de Oliver y no de un mensajero de mi padre.

—Su majestad, el rey me ha pedido que hiciera entrega de un importante documento.

—¿Importante? —Ella le cuestiono, pero a los segundos dio un leve suspiro antes de aceptar lo que él quería entregarle. —¿El rey acaba de enviarme una carta? —Ella estaba algo dudosa y examinó el sobre con cuidado, como si estuviera buscando algo sin obtener resultados.

—Eso es... eso es verdad, su majestad. —Parecía tan confundido como yo, a decir verdad, no entendía a que se debía esto, él nunca se ha comunicado con nosotras y ahora ha mandado una carta importante. —Oh, por poco lo olvidaba... su majestad debe presentarse en el castillo real lo antes posible.

—¿Primero una carta y ahora me requieren mi presencia de forma urgente? —Una pequeña risa escapó de sus labios. —¿Estás seguro de que...? —Dijo en un susurro que fue olvidado cuando negó suavemente con la cabeza. —Cartas y mensajeros, es algo que no he visto hace mucho, lamento que te hayas tenido que tomar la molestia de venir, pero... no voy a ser capaz de visitar el castillo de su alteza hasta dentro de unos días, hoy es el cumpleaños de mi hija, como el rey ya debe saber... —No intento disimular lo claro énfasis en la última frase. —Le pido que le comunique al rey que estaré con mi pequeña Amelie el resto de semana... si ça avait été vraiment urgent, je serais venu en personne [Si realmente hubiera sido importante, hubiera venido en persona]. —Se le escuchó susurrar.

—No se preocupe, su majestad, me asegurare de que su mensaje llegue a los oídos del rey. —Él asintió con la cabeza antes de hacer una reverencia, se despidió con una sonrisa antes de caminar hacia su caballo, el cual le estaba esperando a un par de pasos y si podía ser sincera, no había notado su existencia hasta ese momento, como si antes fuese invisible para mis ojos.

Admito que por un segundo un gran escalofrío se apodero de mi cuerpo, tenía el presentimiento de que algo iba a suceder y por algún motivo, sabía que no sería algo bueno para nosotras. 

Todo lo que tiene relación con mi padre solo nos proporciona noches sin dormir y problemas, me gustaría que desapareciera, sé que no debo desear el mal a ninguna persona, pero es mi cumpleaños y no quiero que sea opacado por una inesperada carta, sobre todo porque mi madre ha superado con casi completo éxito las bombas anteriores, me niego rotundamente a que ella vuelva a pasar por algo así, es por ello que este día debía de ser perfecto, solo eso pedía... un día donde nadie tuviera que fingir, donde las risas fueran reales y donde mi madre pudiera volver a ser como era antes, ¿puede que esté siendo muy egoísta?

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Where stories live. Discover now