[12] Y ella dijo: No

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[Advertencia: Este capítulo contiene escenas que pueden no ser aptas para todo publico, si no te sientes bien leyendo alguna de las escenas, siéntete libre de comentarlo. Dejaré este mismo mensaje antes de dicha escena]


"Solo era la esposa que estaba a tres pasos de él, mirando su espalda, siempre tres pasos atrás, ni más ni menos"


Tres pasos delante de mí.

Acababa de conocerle, pero algo en mi me daba la certeza de que siempre fue de esa forma, un extraño entre "siempre y nunca". Cuando escuche aquella frase por primera vez, no la entendí, de hecho, pensaba que era imposible que algo fuese y no fuese a la vez, recuerdo que investigue mucho sobre ello. 

Incluso había un experimento de una caja y un gato, donde te explicaban que algo podía estar, a la misma vez de que no estaba, pero ello no era relevante ahora.

Sé que soy yo quien le da el peso a todo lo que sucede, a todo lo que me rodea, somos nosotros quienes le otorgamos la importancia a tal punto que algo inmaterial puede llegar a lastimarnos, entonces... ¿Por qué me siento desplazada?

No debería de importarme tanto lo que él hace, sobre todo porque soy consciente de que nuestro matrimonio no va a durar y que es imposible que mantengamos siquiera una amistad, entonces, si estoy tan segura de que nunca vamos a significar algo para el otro... ¿Por qué me molesta? ¿Por qué siento esa presión en el pecho al ver su espalda delante de mía?

Me distraje en mis pensamientos a tal punto que no recordaba haber llegado al salón, ni de haber aceptado sentarme a un lado del príncipe Ethan, mucho menos de haberme despedido de Oliver y los caballeros, quienes volverían a nuestro reino y solo regresarían para buscarnos a Jane y a mí.

—Amelie, ¿le gustaría probar el Stroganoff? Es una comida que le recuerda mucho a nuestro padre su hogar... —La voz de Ethan se iba apagando con cada palabra que pronunciaba.

No podía prestarle atención.

—¿Querida princesa? —Esa era la voz de Jane.

Mi mente aún estaba en el recuerdo de aquel pasillo.

—¿Amelie?

De él...

—¿Acaso hay que repetirte las cosas? —Mi vista fue hacia la de Christopher, el cual fue regañado por su madre.

—¿Eh?... ¿Repetirme las cosas? —Mire a mi alrededor intentando recordar que me habían preguntado antes.

—Amelie, el príncipe Ethan te estaba ofreciendo Stroganoff, un plato originario del Reino de su majestad, el rey. —Jane me hizo una seña para que pidiera disculpas.

—Oh, disculpe alteza. —Baje la mirada. —Me distraje en mis pensamientos por tan asombrosa cena de bienvenida, disculpen mi comportamiento. —Alce mi mirada esperando que no estén molestos conmigo.

Debía de dar una buena impresión y hasta el momento, había fracasado en ello... pero no podía culparme, algo de todo esto me hacía sentir incomoda y la mirada fija de Christopher no me estaba ayudando en nada.

—Me encantaría probarlo, Ethan. —Él me regalo una sonrisa y yo no pude evitar hacer lo mismo, me sirvió un poco del famoso Stroganoff, me había gustado el nombre, es decir... estaba acostumbrada a nuestras comidas con nombres en francés, así que no me negaría a probar algo nuevo.

—Amelie.

—¿Si, Christopher? —Había mantenido mi sonrisa, aunque no pareció gustarle.

—Parece que no es necesario repetir dos veces tu nombre. —Quería burlarse de mí, lo tenía claro.

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Where stories live. Discover now