[8] Ella solo debía de seguir las reglas

409 62 93
                                    

"Es por lo que comenzó a encerrarse... incluso nunca volvimos a pintar juntas... Mon Dieu, ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Piensas hacer lo mismo conmigo?"


Todo estaba teñido de blanco, me era imposible distinguir un objeto del otro... ¿siquiera había objetos? ¿existía algo en este lugar?

Pero de repente, ahí estábamos, mirándonos fijamente.

Aquella mirada fría provocaba que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, me parecía ridículo que llegado a este punto aún tuviese ese efecto en mí, es decir, había pasado por muchas cosas durante todo este tiempo, pero el miedo era algo que nunca iba a desvanecerse, ¿no es así?

Era el miedo quien provocaba que mis lágrimas no dejarán de caer por mis mejillas, estaba completamente aterrada, pero... ¿no es extraño? Debería de estar acostumbrada para este tiempo, es decir, las lágrimas y el miedo nunca se iban a ir, no si se trataba de él.

No importaba la cantidad de veces que hayamos tenido esta misma discusión, ni importaba la cantidad de años que habían transcurrido y el hecho de que yo siguiera en este lugar no interesaba para nada. Pero, ya fueron más de diez años donde él aun no es capaz de demostrarme una pizca de cariño hacía mí, incluso me hace pensar que ya es tiempo de rendirme... es decir, nunca he logrado que siquiera una leve sonrisa aparezca en su rostro.

Este será mi último intento, pero antes de que pudiese decir una sola palabra, él me hizo callar.

Debo de admitir que estoy cansada de rogar por su cariño, estoy cansada de tener que dormir en esa fría cama, estoy cansada de tener que comer en un horario distinto al suyo por miedo a su mirada... puede sonar ridículo que me queje de esto ahora, cuando ya han pasado tantos años, cuando ya debería estar acostumbrada, cuando...cuando...

Esto simplemente no se trataba de mí.

—¡Silencio!.... —Dio un leve suspiro antes de continuar. —Amelie, ya fue más que suficiente.

¿Pourquoi ne m'aimes-tu pas, père? [¿Por qué no me quieres, padre?] —Mis piernas estaban temblando, al igual que mi voz, pero no podía permitirme que ambas fueran notadas por él. Era mucho más difícil simular cuando mi vista se volvió borrosa por las lágrimas que se negaban a caer por mis mejillas, pero él era completamente opuesto a mí, podía mantener sus piernas firmes y su mirada en alto. —Solo quiero saber qué fue lo que hice mal...

Fue con aquel último susurro que mi mente decidió torturarme, no estaba buscando esa respuesta, no quería que él me respondiera algo que ya sabía con antelación. Nacer fue mi mayor pecado, no, nacer de esta forma... con un cabello tan brillante como el fuego, con un rostro salpicado en pequeñas pecas, es verdad que ella también poseía algunas, pero era total y completamente diferente a las mías.

¿Est-ce parce que je ne suis pas elle? [¿Es por qué yo no soy ella?]

—Claro que es por ello. —No pude evitar responderme a mí misma con un leve susurro, no había necesidad de dudar que no fuese por ese justo motivo. Desde que ella nació se había establecido una línea entre nosotras, una que yo jamás iba a poder cruzar, no importara los aplausos o premios que yo recibiera, nunca iba a estar a su altura, es así como aquella línea no solo nos diferenció de forma académica, sino que también, en todo aspecto.

Por otro lado, la postura de mi padre era rígida y fría tal como el hielo que recorría sus venas, su mirada se mantuvo mucho por sobre mi cabeza, ¡ni siquiera se atrevía a mirarme!... me estaba torturando a mí misma esperando a que me respondiera, pero no me iba a quedar callada como siempre.

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora