[9] Él es y será el honorable Rey de Róman

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"No tardó mucho en volver y cuando volvió, vi que entre sus manos tenía una caja metálica de galletas, pero en su interior solo había agujas e hilos, una total y completa estafa"

—¿Si, princesa? ¿Sucede algo? —Negué rápidamente al verle algo desconcertado, era entendible, por la sorpresa había elevado la voz, además, ningún miembro de la familia real llamaba a los sirvientes por su nombre.

—No ha sucedido nada, solo me he sorprendido al verle... me disculpo por dar a entender otra cosa. —Le mostré una pequeña sonrisa mientras aprovechaba para mirar por el pasillo, solo en el caso de que Jane se encontrase cerca.

—Pequeña princesa, no hay nada por lo que deba de disculparse, he sido yo quien no ha avisado correctamente de quien se trataba... solo he venido como mensajero para entregarle esto a usted. —Hizo una corta reverencia antes de entregarme un sobre brillante, no era difícil adivinar que había sido mi padre quien había mandado esta carta.

Sabía que no se iba a quedar callado por mucho tiempo, desde ya hace unos días que circulaban rumores en la alta sociedad sobre que "la joven princesa estaba administrando y viviendo sola en un castillo alejado de todo", y por lo visto, cada rumor, sin importar lo absurdo o sin sentido que fuera, afectaba la imagen del rey.

—Gracias, Phillip. —Asintió con la cabeza antes de hacer otra reverencia para salir de mi habitación.

Les había dicho en incontables ocasiones que las reverencias no me gustaban, no es que no fuese capaz de entender la importancia de las mismas, ya saben, como "símbolos de respeto", pero sentía que no correspondía por mi edad, soy solo una niña pequeña, no he hecho nada importante como para que necesiten ser así de formales conmigo. Y aunque sea hija del Rey, soy solo una princesa más, no voy a heredar el trono... no he hecho nada mencionable, solo nací en esta familia.

Por otro lado, solo deje la carta sobre mi escritorio, realmente no quería leerla, preferí ir a ducharme y terminar de asearme antes de siquiera intentar abrirla; una cosa es que la haya enviado mi padre, pero no significaba que estaba obligada a leerla de inmediato, pero seré sincera, tenía mucha curiosidad por el contenido de la misma, así que no tarde en llenar la bañera con agua tibia y sacarme en vestido, me mire en uno de los espejos mientras hacía de mi cabello una bolita... así no se iba a mojar con el agua.

Aun me costaba asimilar este nuevo rostro, es por lo que nunca observaba mi reflejo, no podía decir con seguridad que aquel rostro lleno de pecas era mío o que aquel par de ojos verdes que me miraban fijamente realmente me pertenecían, entendía que adaptarme a este nuevo cuerpo era difícil y que quizás solo necesitaba tiempo para poder aceptarme a mí misma.

Me sumergí en el agua de la bañera. ¿Qué era lo que quería realmente mi padre? ¿Qué habrá en la carta? ¿Qué es? ¿Habré olvidado algo de la novela original? ¿Por qué ahora?

Termine abrazándome a mí misma mientras varias de esas preguntas cruzaban por mi mente, yo no quería tener el mismo destino que la Amelie original, no quería terminar como mi madre yo... yo quiero aprovechar esta nueva vida, ser algo que no pude ser en mi vida pasada y lograr la completa felicidad. Temía que el contenido del sobre fuese peligroso y es que, la última vez que llego una carta a este castillo fue para que asistiéramos a aquella horrible fiesta para la "pequeña princesa del reino".

No... no, no, según mis vagos recuerdos, nada malo debería de suceder, solo debo de mantenerme alejada lo más posible de Adelaida y de ese castillo, es lo único que debía de hacer pues la mayoría de mis problemas eran causados por ella. Estaba decidida a no tener una verdadera relación con la "familia real", mientras más alejada estuviese, era mejor para mí.

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Where stories live. Discover now