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Dos días después detuvieron a la acosadora de Camila y las dos se tranquilizaron un poco, resultó ser una mujer que tenía tendencias obsesivas y ya había tenido el mismo problemas con otra cantante y otra actriz. Lo que más preocupaba a Camila era saber porque quería entrar en casa de Lauren pero nunca obtuvieron respuesta. Como había anticipado la policía pasaría unos meses en la cárcel y la orden de alejamiento se aprobó, pero aún así ellas siguieron adelante con su plan de vivir juntas. 

La mudanza fue un proceso duro para Lauren, principalmente porque se sentía que estaba abandonando a Alicia pese a que la mujer se iba a encargar de cuidar a Wes dos días a la semana, por lo que se iban a ver continuamente. Su amiga había insistido en que se alegraba por ella, pero aun así Lauren había soltado algunas lágrimas mientras la abrazaba en el sofá.

Para Camila tampoco fue fácil, con el disco a punto de salir estaba muy ocupada y quería que todo fuese perfecto para Lauren y para Wesley, pero no tenía horas en el día para hacer todo lo que necesitaba hacer.

Wesley era el más feliz de los tres, Camila lo había llevado a una tienda de muebles para decorar su nueva habitación y estaba estático de llevar todas sus cosas a casa de Camila. La última noche en el apartamento Camila se marchó dejando que Lauren y Wesley cenasen con Alicia para despedirse de aquel lugar que había sido su hogar durante cinco años.

Camila casi no durmió aquella noche. Trató de deshacer el máximo número de cajas posibles para que cuando los Jauregui llegasen mañana se sintiesen como en casa. Además, tenía algo especial planeado para Lauren.

Cuando Lauren se preparó para salir por última vez de su apartamento pensó que se sentiría triste, pero estaba emocionada por empezar esta nueva etapa. Llevó la maleta con sus últimas pertenencias al pasillo y le pidió a Alicia que le sacase una foto con su hijo en el apartamento vacío. Llevó a su hijo a clase y se dirigió a su nueva casa, aquello era raro.

Cuando entró por la puerta estaba todo muy silencioso y pensó que Camila se había ido a trabajar, fue entonces cuando se dio cuenta de que la mayoría de las cajas habían desaparecido. Su colección de libros estaba en la estantería junto a los de Camila, sus fotos con Wes estaban repartidas por el salón. Lauren sonrió y fue en busca de su novia por si acaso aún estaba en casa.

Entró en su dormitorio y la cama estaba sin hacer, pero no había ni una sola caja, entró en el armario de Camila y vio todas sus prendas de ropa perfectamente organizadas. Era curioso ver su sudadera de Bob Marley junto a un vestido de Balenciaga de Camila, pero pensar que su novia había colocado toda su ropa la hizo sentirse muy agradecida, la cantante había estado muy cansada esos días y solo su armario le debió haber llevado unas cuantas horas.

Caminó por las habitaciones y no encontró a Camila, pero sabía que si estaba en casa estaría en el estudio, y así era. Cuando llegó al sótano se encontró a Camila dormida en uno de los sofás con una pierna colgando por fuera. Pero sus ojos no se fijaron en su novia, estaban clavados en el piano de cola que había ahora en la habitación.

Lauren se acercó lentamente con la boca abierta. Camila tenía un piano precioso antes, pero era uno de esos que descansan contra la pared. Ahora los sofás habían sido movidos de sitio y había un piano de cola en el medio de la habitación. Lauren se llevó una mano a la boca mientras lo observaba de cerca, no pudo evitar pasar sus manos por las teclas sin pulsarlas, solo sintiendo su tacto bajo sus dedos.

"¿Te gusta?"

Se giró y vio a Camila con el pelo revuelto, la miraba con una sonrisa.

"Camila, esto es... esto es... demasiado"

Camila se levantó y caminó hacia ella abrazándola.

"Es tuyo, no lo he comprado yo, tú lo has ganado"

Enséñame a vivir [Camren]Where stories live. Discover now