Capítulo 11: Una relación complicada

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Me desperté de nuevo con el móvil sonando, al principio me quedé un poco desubicada. No tenía ni idea de dónde lo había puesto. Revolví toda la habitación nerviosa y medio dormida hasta que lo encontré al fin, pero el número de la pantalla no era de la persona que yo quería. De hecho no sabía de quién era.

-¿Hola?- Contesté con la voz ronca.

-¿Érica? ¿Acaso te he despertado?

Miré el reloj de la mesilla y marcaba las once de la mañana, en teoría, debería de estar en clase.

-Soy Carlos, de la editorial- continuó.

-¡Ah, claro! Disculpa, estaba algo despistada.

-Te llamaba para concretar la hora para vernos, ¿Te viene bien sobre las cuatro?

-Claro, estaré en la editorial a esa hora.

-Perfecto entonces, hasta luego.

Me despedí y después colgué. Estaba cansada, había tenido demasiadas emociones en muy poco tiempo. Anoche Kira me había dicho que me quería. Aunque estuviese bastante segura de que había ocurrido en la vida real, una parte de mí seguía pensando que sólo había sido un sueño. No sabía cómo iban a ser las cosas entre nosotras a partir de ahora pero por primera vez en mi vida era un poco optimista. Aunque fuese Kira, después de haber estado a punto de hacerlo y de que me hubiese confesado sus sentimientos, deberíamos de poder llegar a algún tipo de relación.

Me vestí corriendo y me fui a la facultad, aunque era tardísimo aún podía llegar a la última clase. Por el camino sólo pensaba en Kira. Aunque estuviese locamente enamorada de ella había dos problemas que iban a hacer bastante difícil nuestra relación. El primero era la propia Kira y su extraña personalidad y el segundo éramos nosotras. Yo misma me había sorprendido al sentirme atraída por ella al principio, aunque sabía que mis amigos lo verían como algo natural, no podría decir lo mismo de mis padres. No quería ni pensar en la cara que podrían poner si algún día les presentase a “mi novia”. Comencé a desanimarme de nuevo cuando vi a Sara venir corriendo hacia mí.

-¡Ya me estás contando qué pasó anoche! ¡Nunca habías faltado a clase antes! ¿Hubo sexo?- me dijo riendo.

-¡No! Bueno…

-¡Sí que hubo!

Sara parecía emocionada y yo no sabía dónde meterme. Hablar de estas cosas seguía dándome demasiada vergüenza.

-Nos interrumpieron, pero conseguí otro trabajo ¡Y me dijo que me quería!

Sara me obligó a contarle todo despacio y después me felicitó.

-De todas formas sabes que no lo vas a tener fácil ¿Verdad? Piensa en su trabajo, si ella empieza a aparecer en público y se descubre que sale con otra chica ¿No le afectaría eso?

Me quedé paralizada, no había pensado en eso. A decir verdad sería un verdadero escándalo, si a ella ya le estaba costando una barbaridad si quiera le plantearse salir en televisión o firmar libros, no quería saber qué podría ocurrir si una horda de periodistas curiosos comenzase a perseguirla preguntándole por su sexualidad. Eso era mucho más de que ella podría soportar y tenía que evitarlo a toda costa.

-Quizás deberíamos mantenerlo en secreto- susurré.

-Quizás sea lo mejor ¡Pero no te desanimes! Deberías estar feliz ¡Sales con una chica famosa! Si estás un poco perdida puedo enseñarte un par de cosas- me dijo con esa mirada de sabionda que ponía a veces.

-Pervertida- contesté riendo.

Durante el resto de la mañana no pude pensar en otra cosa. Estaba bastante segura de que podía perder a Kira si alguien se enteraba de esto. Ojalá no la hubiese animado a aparecer en público, si nadie sabía quién era no habría problemas pero los de la editorial ya estaban planeando toda una gira por el país con firmas de libros y entrevistas incluidas, en un par de meses, Valquiria dejaría de ser un misterio. Eso era bueno para ella y para su carrera y habiendo sido yo quien la había obligado a hacerlo, no sería coherente pedirle que lo olvidase. Debía de tener mucho cuidado si no quería que todo se estropease.

Después de clase me dirigí a la editorial, ni tan si quiera la perspectiva de mi nuevo trabajo podía animarme ahora. Aún así puse mi mejor sonrisa y le dije a la chica de recepción que tenía una cita con Carlos. Ella me hizo pasar a una sala contigua y me dijo que esperase unos minutos.

El lugar era enorme. Era un antiguo edificio histórico en pleno centro de la ciudad, rehabilitado para ser la sede central de la editorial. Allí trabajaban los mejores editores y publicaban sus libros los autores más relevantes del país. Intenté centrarme en eso y alejar a Kira de mis pensamientos por unos minutos pero era difícil.

-Érica, disculpa la espera- dijo Carlos entrando en la sala donde me encontraba- Vamos a mi despacho, estaremos más cómodos.

Yo asentí y le seguí por varias escaleras de mármol. En el primer piso, decenas de personas trabajaban en sus escritorios entre montañas de libros, hablando por teléfono y caminando de un lado para otro. Les observé un poco ilusionada.

-Te gustará esto- me dijo él- Ya les hablé de ti a los jefes, están bastante impresionados de que hayas podido convencer a Kira.

Puse otra sonrisa y entré con él en un despacho con grandes ventanas y sillones de cuero.

-Siéntate, verás, ya que manejas tan bien a nuestra chica problemática queríamos que nos acompañases en la gira. Sé qué es un problema porque aún estás estudiando pero sólo será un mes, podemos hablar con tus profesores si te quedas más tranquila.

-¿Queréis que acompañe a Kira?

-Que la vigiles. Por si huye- dijo Carlos riendo.

-Hmmm bueno, supongo que podría hacerlo.

Él sonrió de oreja a oreja. Perdería un mes de clase pero podía hacer que Sara me cogiese los apuntes, a fin de cuentas yo siempre se los cogía a ella. Y además estaría con Kira todo el tiempo. No me parecía mal plan en absoluto.

-Si lo haces bien, estoy seguro de que querrán contratarte- continuó él- Estos escritores famosos suelen ser gente extraña, hay que saber tratarlos.

Asentí aunque dudaba mucho que pudiese manejar a alguien que no fuese Kira. A fin de cuentas si había conseguido que tomase en cuenta mi opinión, no era por mis dotes como editora. Me ruboricé un poco pensando en lo de la otra noche y tuve que poner todo mi esfuerzo en concentrarme de nuevo en la editorial mientras Carlos seguía hablando sin que le prestase la más mínima atención.

-Ella está por llegar- me dijo después- Vamos a la sala de juntas a ultimar los detalles de la gira.

Volví a ponerme nerviosa. A fin de cuentas la última vez que habíamos hablado ella me había dicho “te quiero”. Salimos al pasillo y la encontramos de camino a la reunión. Iba otra vez en chándal y con esa gorra que me ponía de los nervios. Me localizó en seguida y se acercó a mí.

-¡Tu teléfono!- me dijo enfadada.

-¿Qué le pasa?

-Dímelo tú, te he llamado veinte veces.

Revisé mi bolso y me di cuenta de que no lo llevaba, debía de haberlo olvidado en casa con las prisas. Ella estaba completamente alterada y a la defensiva. La perspectiva de la gira debía estresarla mucho y otra vez pasó por mi cabeza la idea de decirle que lo dejase pero no podía hacerlo. Si quería avanzar en su trabajo, esto era algo que debía hacer. Le sonreí antes de entrar en la sala de juntas y le quité la dichosa gorra.

-Nada de esconderse a partir de ahora.

Ella asintió suspirando.

-Y péinate- dije entre risas.

Intenté ordenarle un poco sus rebeldes mechones azules sin mucho éxito. Aunque su pelo fuese liso, se disparaba en todas direcciones y no había forma de colocarlo. Estaba tan concentrada en su pelo que no me di cuenta de cómo me miraba. Atrapó la mano que tenía en su cabeza y la apretó contra su cara mientras se acerba a mí.

Sabía que iba a besarme y mi cuerpo no quería resistirse pero detrás de la puerta sobre la que me apoyaba, había unos veinte tipos con traje que podían salir en cualquier momento. Me solté y abrí la puerta intentando aparentar normalidad.

-¡Vamos , te están esperando!

Ella me miró confundida y me siguió dentro de la sala.

Si no quería que mi relación con Kira acabase en todos los periódicos y a ella le diese un infarto debía de ser extremadamente cuidadosa a partir de ahora.

El misterio de Valquiria (YURI)Where stories live. Discover now