Capítulo 12: Comienza la gira

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Todos aquellos tipos de traje miraban a Kira como si fuese un valioso objeto de exposición y yo cemnzaba enfadarme. Ella por su parte estaba histérica. Realmente no sabían dónde parar. Kira había accedido a firmar libros y quizás alguna entrevista para la prensa (Siempre y cuando no saliesen fotografías suyas) pero no pensaba ceder absolutamente en nada más. Los de la editorial querían poner carteles con su imagen en todas las librerías del páis y hacerla recorrerse todos los platós de televisión. Noté que iba a empezar a soltar puñetazos de un momento a otro así que intenté relajar el ambiente.

-¡Por favor!- Grité para hacerme oír por encima del barullo que se había formado en un segundo- ¡Creo que es suficiente con las firmas de libros! Tenéis que dejarla que vaya a su ritmo…

Los tipos de la editorial se quedaron en silencio mientras hablaba, lo cual me puso nerviosa. De alguna manera había conseguido algo de autoriadad en lugar como éste y todo era gracias a ella.

-Como mucho podíamos invitar a la prensa al final  de la gira y que le pregunten lo que quieran. También le vendrá bien mantener algo de misterio ¿No?- Pregunté no muy convencida.

Mi cabeza trabajaba deprisa para evitarle a Kira pasar por más de lo que ella podía, pero no estaba segura de que ellos pudiesen conformarse con eso.

-Puedo aceptar eso- dijo Kira- Si sólo es un día puedo aceptar a los de la prensa pero sin cámaras.

Le sonreí por su apoyo y ella me devolvió la sonrisa. Los demás comenzaron a hablar por lo bajo discutiendo la propuesta. Estaba bastante segura de que no iban a aceptar pero para mi sorpresa nos diejeron que sí. A cambio, la gira se alargaría a casi dos meses en los que Kira tendría que recorrer casi todas las ciudades del país y yo con ella. Me preocupaba un poco la universidad pero estaba feliz por la expectativa de pasar tanto tiempo juntas. Una vez que los últimos detalles de la gira se hubieron aclarado, la reunión finalizó y Carlos me llamó a parte.

-¡Buen trabajo!- Me dijo dándome una palmada en la espalda- En serio, nunca pensamos que conseguiríamos sacar a Kira de su maldita cueva. A los jefes les has gustado.

Yo le sonreí un poco incómoda. Estaba feliz con sus elogios pero Kira me esperaba con mala cara junto a la puerta de la sala. Estaba bastante segura de que no estaría de buen humor después de ésto y quería estar a su lado.

-Tengo que irme ya- Le dije a Carlos.- Aún tengo que ayudar a Kira con el libro.

-¡Oh, claro! Hablamos mañana entonces.

Asentí y me acerqué a ella.

-¿Nos vamos? Aún tienes trabajo que hacer.

-No quiero trabajar hoy- comentó molesta mientras salíamos al pasillo.

-¡Nunca quieres trabajar! ¡Ese libro no se va a escribir sólo!

Ella parecía incómoda pero yo estaba de buen humor. Realmente mi trabajo estaba dando resultado y estaba más cerca de ella que nunca.

-Vamos a casa- le dije con una sonrisa.

Ella me la devolvió e intentó cogerme de la mano. Acaricié sus dedos completamente feliz pero entonces recordé que seguíamos en la editorial y que aún podían vernos y retiré mi mano como si me quemase.

Kira me miró con los ojos muiy abiertos y después puso una expresión extraña. Dado que yo me había apoderado de su gorra, optó por ponerse la capucha de la sudadera, me dijo“ya nos vemos” y se largó. Para cuando pude reaccionar y seguirla ya se había subido a su coche y sólo pude ver el descapotable alejándose por la autovía.

Volví a mi casa andando y con la cabeza echando humo. ¿Se había enfadado por que habia estado muy seca con ella? Quizás había sido un tanto esquiva, pero lo hacía por nuestro bien. Por su bien. Para que ella no se metiese en problemas si alguien se enteraba de esto. Quizás simplemente debiese hablarlo con ella, pero por otro lado no sabía que podía decirme. A lo mejor me daba la razón y me decía que no podía estar conmigo por que podía afectar a su carrera. A lo mejor ella no habia pensado en eso y si se lo decía se daba cuenta de que lo que sentía por mí no era comparable a sus novelas. A lo mejor me abandonaba. No, debía ocuparme de esto por mí misma. Debía protegerla a ella y a nuestra relación y no podía dejar que supiese nada.

En un ataque de desesperación, pensé en caminar hasta su casa y simplemente besarla, pero ya sabía de sus cambios de humor y además la gira comenzaba mañana temprano. Tenía que preparar la maleta, convencer a Sara de que se encargase de todo en la universidad y decírselo a mis padres. Todo esto iba demasiado rápido. Llegando a casa le escribí un mensaje. “No te preocupes por la gira, todo saldrá bien. Te quiero” y después comencé a contarle a mi familia que iba a desaparecer del mapa durante dos meses.

A la mañana siguiente era un manojo de nervios. Kira no me había conestado y no sabía si seguía enfadada conmigo. Mi madre estaba horriblemente preocupada por el viaje, a pesar de que ya hubiese presumido  delante de todos sus amigos de mi nuevo trabajo y yo estaba cada vez más estresada. Comencé a andar hasta la parada de taxi más cercana y encontré allí su descapotable rojo.

-Sube- me dijo Kira.

Dejé la maleta en la parte de atrás y me subí al asiento del copiloto.

-No me conestaste anoche…- dije al rato.

Nos dirigíamos al aeropuerto en silencio. Aunque ella ya no pareciese enfadada estaba un poco preocupada.

-No lo ví hasta esta mañana- me dijo con la vsita fija en la carretera- Estuve escribiendo toda la noche.

Yo suspiré.

-Deberías descansar… ¿Por cierto dónde está tu maleta?

No había nada más en el coche que el enorme maletón que mi madre me había preparado.

-Olvidé hacerla, ya compraré ropa por ahí- dijo despreocupada.

-¿Cómo puedes ser así?

Estaba nerviosa y precupada y sólo podía pensar en ella. Cuando quise darme cuenta estaba regañándola como si fuese una niña pequeña. Ella sólo comenzó a reírse y cogió mi mano.

-¿No vas a apartarla ésta vez?

Negué con la cabeza bastante sonrojada.

-Lo siento por eso.

Ella suspiró y aprovechó que el semáforo estaba en rojo para besarme. Fue un beso muy suave pero yo la abracé de forma impulsiva y busqué sus labios otra vez. Insistentemente, no podía dejarla ir. Volví a la realidad cuando escuché el sonido del cláxon de los demás coches que teníamos detrás obligándonos a avanzar. Ella seguía riéndose pero yo estaba completamente roja. Definitivamente con Kira me costaba controlarme.

Cuando llegamos al aeropuerto, todos los de la editorial nos esperaban ansiosos. Supongo que tendrían miedo de que Kira hubiese conseguido escapar de alguna forma. Nos metieron a las dos en el avión, junto a Carlos y a dos tipos más que no conocía. Tenía miedo de que Kira volviese a acercarse a mí delante de ellos así que estuve durante todo el camino haciéndome la dormida.

Cuando llegamos al fin al hotel donde nos alojaríamos en la primera ciudad de la lista, yo estaba tan cansada por la tensión que no podía moverme. Tenía que ivitar a Kira mientras los otros estuviesen delante pero de una forma que no fuese muy descarada ya que ella podía ofenderse. Esto de mantener lo nuestro en secreto era demasiado estresante y sobre todo era difícil. Comenzaba a convertirme en una persona antipática ya que sólo podía pensar enque ojalá Carlos y los otros dos de la editorial desapareciesen para poder estar a solas con ella. Quizás esto no era una buena idea.

Teníamos una habitación para cada uno en el hotel. Afortunadamente, la de Kira estaba pegada a la mía y sólo podía pensar en qué pasaría si ella decidiese hacerme una visita nocturna. Sin embargo, en cuento acabamos de cenar, Carlos me entregó  un fajo de documentos.

-Es lo de la presentación de mañana, encárgate de revisarlo todo ¿Vale?

Asentí un poco sorprendida y después le ví acercarse a Kira. Le pasó el brazo por los homrbos y se despidió.

-¡Espera!- Dije corriendo detrás ella enfadada.-¿Dónde vais?

-También tengo que ir a fiestas- me dijo poniendo los ojos en blanco.

-Es parte de su presentación en sociedad- comentó Carlos- ¡Hay tanta gente que quiere conocerla!

Kira me sonrió como despedida y se marchó con Carlos a alguna maldita fiesta de ricos meintras yo tuve que quedarme sola en la habitación del hotel haciendo todo el trabajo. Empezaba a pensar que éstos dos meses no serían tan idílicos como imaginaba.

El misterio de Valquiria (YURI)Where stories live. Discover now