Capítulo 4: A ella sólo le importa su trabajo

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A la mañana siguiente me levanté demasiado temprano, aunque había pasado casi toda la noche estudiando la lista de Kira. No podía dormir bien y el hecho de que no estuviese muy segura de lo que sentía por ella debía de ser la causa. Yo no era una chica que se enamorase de cualquiera pero cada vez me resultaba más difícil negar que sentía algo por ella. Intenté convencerme a mí misma de que era simple curiosidad. Ella era una escritora famosa y una persona extraña, era normal que me tuviese intrigada. Intentando dejar esos pensamientos de lado me encaminé hacia su apartamento. Eran sólo las diez y posiblemente estuviese durmiendo pero no tenía nada mejor que hacer.  Llamé varias veces al timbre hasta que me abrió y subí por las escaleras. El piso estaba de nuevo a oscuras. Me agaché a recoger a uno de los gatos que salió a recibirme y fui hasta le salón donde estaba ella medio dormida en el sofá.

-Es demasiado temprano Érica-  dijo con voz ronca de recién levantada.

-Ayer  no hiciste nada, hoy hay que trabajar el doble.

Kira no parecía muy conforme pero se incorporó como pudo y asintió. Llevaba una camiseta negra que habría cortado ella misma y dejaba su vientre al aire y unos pantalones de pijama. Me sorprendí a mí misma sonrojándome mientras observaba el dragón tatuado en su abdomen.

-Voy a hacer café- dije nerviosa.

Me fui a la cocina mientras ella intentaba ordenar con los dedos su desordenado cabello azul. ¿En qué estaba pensando? Tenía que concentrarme en mi trabajo. Le llevé el café y esperé a que se lo tomase y se espabilase un poco.

-Bien ¿Qué hacemos hoy entonces?- le pregunté con las energías renovadas.

-No puedo hacer mucho si no tengo información- respondió pensativa- ¿Sigues sin querer hablarme de tus relaciones?

-Bueno… supongo que puedo contarte algo.

Ella se volvió hacia mí con una sonrisa y la libreta en la mano. Me puso un poco triste su reacción, realmente a ella no le importaba que hubiese tenido novios. Estaba claro que ni si quiera se le pasaba por la cabeza pensar en mí como yo pensaba en ella. Decidí dejar de preocuparme y comencé a hablarle sobre mi ex. Ella escuchaba atenta y apuntaba cosas de vez en cuando.  Era bastante violento estar contándole este tipo de cosas a ella, pero se suponía que mi trabajo era éste. Además a ella no parecía importarle.

Después de pasar más de una hora contándole al detalle todas mis relaciones, Kira parecía satisfecha.

-Creo que podré ir escribiendo algo con esto-me dijo sonriendo como una niña.

Yo asentí contrariada. Estaba contenta de poder ayudarla pero en el fondo de mi corazón hubiese deseado que mostrase una pizca de celos aunque fuese.

-¿Entonces tú nunca has estado con nadie?

Ya que había pasado tanto tiempo hablándole sobre mi vida privada podía ella contarme al menos un poco de la suya.

-Nunca.

-Ni si quiera… bueno…

-¿Sexo?-me preguntó levantando por fin la cabeza de sus notas- Tampoco.

A mí me resultaba bastante difícil de creer pero no parecía estar mintiendo.

-Podríamos decir que no tengo interés en el contacto humano- dijo riendo.

Inexplicablemente estaba de muy buen humor.  Cogió el portátil sobre la mesa y se puso a escribir ignorándome por completo. Realmente a ella no le interesaba nada más que sus historias. Me quedé allí a su lado, jugando con los gatos y viéndola teclear incansablemente. De nuevo, parecía horriblemente ausente. Otra vez había entrado en su mundo propio y yo no podía llegar hasta allí. Me fijé entonces en que mi teléfono móvil estaba vibrando sobre la mesa. Lo cogí y me fui a la cocina para no molestarla.

El misterio de Valquiria (YURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora