Capítulo 43 "Toma mi mano"

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"Las flores siguen estando marchitas y las noches siguen siendo mis amigas, nunca seré la que sale por los días así que me acostumbre a ser amiga de las nubes lilas, me hubiera gustado ser a la que salvan y no la salvadora."
Paulina Marsicano

Paola

Cuando me metió en la cajuela del auto estaba atada de pie y manos con una cinta en la boca para que no pueda gritar, la cajuela estaba hirviendo, el calor se concentraba y aunque no soy claustrofóbica en ese momento aquel espacio parecía estar haciéndose aún más pequeño, sabía que saldría de aquí o ellos me rescatarían, Lilyet fue inteligente se sacó los zapatos para que supieran que no se había ido por cuenta propia lo habíamos visto en una película hace unos años y fue lo unció que se le vino a la mente.

Estaba aturdida, pero vi su cara sabía quien era, era el hijo de puta sin huevos, que quería venganza era obvio.

El coche demoró horas en llegar al lugar, las esperanzas de que los chicos me rescataron bajaron, eran nulas. El auto freno y escuché como el motor se apagaba y como la puerta del auto se abrirá y se cerraba, abrió la cajuela y todo fue luz intenté patalear y gritar intente pegarle, pero nada funcionó, me sacó la cinta de la boca y solo pude reírme era lo único que podía hacer reírme de la situación, reírme de saber que moriría de saber que todo iba a acabar de esta forma él me mataría y yo moriría sabiendo que soy nada, nadie me recordará, simplemente fui la chica con trastornos mentales y ni siquiera fui la principal porque yo soy la que aparece por las noches, me entro a la casa estaba en un bosque era de madera era vieja y todo era viejo me subió por unas escaleras volví a intentar golpearlo, él me golpeó, sabore mi sangre y me volví a reír.

Abrió la puerta de una habitación y la vi, todo dentro de mí encajo como si fuera un puzle, aunque aún faltaban piezas, Analia estaba ahí esposada a una cadena que salía de la pared estaba flaca, podía ver sus costillas y sus ojeras estaban como nunca las había visto, sus ojos estaban llenos de lágrimas su pelo rojo ya no era como el fuego era casi negro no había ni un poco de luz en ella y yo no pude hacer otra cosa más que reír mientras él hablaba.

Analia ya no es una ninfa del bosque.

Fue el unció comentario que tuve de Lileyt, paso mucho tiempo hasta que la volví a ver.

Me esposo junto a ella y cuando estuvimos sola me abrazo, se quedó abrazada a mí por horas no se cuando tiempo fue solo sé que estuvimos ahí abrazadas sin decir palabra sin comunicarnos solo abrazadas respirando, Lilyet no hablaba dentro de mí estaba en silencio se había metido ella sola en la jaula.

- Nos sacaré de aquí vivas- Ella sonrió y sus lágrimas corrían por sus mejillas, no hablo únicamente permaneció ahí conmigo, esta chica que tenía en mis brazos no era la Analia que había conocido, esta chica era la Analia que nunca me había mostrado la que era abusada por su padre la que lo unció que quería era un abrazo.

Hasta ese día nunca había conocido a esa Analia a la que necesitaba que la ayudarán la que necesitaba que la sacan de ese agujero sin luz de donde estaba.

-¿Ellos te entregaron?- Su voz era débil.

-¿Ellos?- Me miró a los ojos, intente buscar algo en sus ojos que no encontré, estaba rota.

-Los Olaet ellos son todos una familia, ellos lo ayudaron, pero ahora lo quieren matar no lo entiendo- ¿Qué?

-Tienes que ir más despacio, ¿quiénes son familia?-

Lo que me oculta la noche|PaulinaMarsicano [Trilogía Oculta I] [COMPLETA]Where stories live. Discover now