Epilogo I

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Las pruebas

Paola

Cuando llego el día estaba realmente preocupada por los pequeños comentarios que estuvieron haciendo los Olaet estas últimas semanas parecían realmente preocupados por saber si estaba preparada para afrontar las pruebas y firmar parte de la familia.

Todos iban a estar en las pruebas, era algo necesario aunque solo Samuel era el autorizado para darme la aceptación a las pruebas, no sabía lo que me esperaba aunque podía intuirlo.

-Vamos solamente una pista Limón- Hice puchero antes de tocar su hombro y cinchar de su camiseta despacio, llamado su atención mientras conducía.

- No puedo es ilegal y no serían válidas las pruebas-Me contesto frío y cortante, dejando en claro que no saldría ni una sola palabra de su boca, pero él se había olvidado que tengo dos novios más, así que vi a los asientos traseros y sonreí abiertamente.

-Ni lo creas- Canturrearon D y Camilo a la vez.

-¿Va a ver sangre?- No pestañear, no se movieron, puro silencio, éramos expertos en el silencio así que todo el camino hasta la mansión donde se había mudado Samuel por esto de que necesitaba más espacio para las reuniones y pues claro porque en realidad solamente se mudaron al lado de mi casa para poder vigilarme mejor algo muy de psicópatas.

No había visto la mansión a la que se había mudado Samuel nunca esta era la primera vez que lo veía desde que me regalaron a Felipe con moño y todo algo que agradezco hasta el día de hoy y agradeceré siempre pues nada mejor que una buena venganza, la mansión era enorme tan solo los grandes portones dorados que nos dieron la bienvenida parecían sacados de una peli de los 80 de mafias Americanas era genial saber que todo eso que veía en las películas existía y convivía con ella.

Cuando Ismael estacionó, salí de la camioneta corriendo solo para admirar semejante casa llena de lujos que parecía sacaba de aquella serie que estábamos viendo los chicos y yo cuando yo volvía de la universidad y ellos salían de sus respectivos trabajos, parecía el lugar perfecto, pero no todo lo que reluce no es oro y cuando entramos a la casa sin tocar y sin llamar a el ama de llaves pudimos ver a Samuel con una pistola en la mano haciendo una cuenta regresiva mientras caminaba de un lado al otro esperando respuesta de un hombre que estaba atado a una silla aunque de espaldas no podíamos ver mucho el charco de sangre a sus pies decía mucho más de lo que necesitábamos, Tretan estaba su derecha con una revista no estaba prestando mucha atención hasta que escucho mis tacones en el mármol de la casa y sacó la cabeza de la revista para sonreírme y mover su mano para que los cuatro nos acercáramos y fue ahí cuando Samuel también se percató de nuestra llegada, pero él no nos saludó seguido con aquel tipo sentado en la silla.

-Perdonen por esto, pero ya saben a veces, algunos tienen que morir para que podamos vivir en paz, Pía, Vanira y Edra están arriba, me dijeron que tenías que subir con ellas- Edra era la esposa de Tretan la había conocido en la cena cuando tiramos las cenizas de Analia.

-¿En qué habitación están?- Pregunte mientras miraba las escaleras.

-La cuarta puerta a la derecha pasando el cuadro familiar tenebroso- Canturreo Tretan mientras se acercaba a los chicos y palmeaba a sus espaldas, le sonreí a los chicos y comencé a caminar por las escaleras.

Aquellas escaleras de mármol y madera antiguas, no me daban seguridad creo que esta casa en sí irradiaba una rara mezcla entre confort e inseguridad y mucha, pero mucha riqueza, el pasillo estaba lleno de fotos familiares en las que aprecian todos los Olaet justos y separados en algunas estaban con caras enojadas en otros reían y en otro eran totalmente tenebrosa y supe que estaba al lado de la habitación, y puede que también escuchara el canturreo de Pía diciendo lo emocionada que estaba, toque la puerta mientras la abrí y puede verlas ahí Vanira estaba sentada un poco tímida y cepillando su cabellera pelirroja mientras en la otra punta frente a un espejo se encontraba Edra con aquella cabellera eterna y oscura como las noches que tanto amaba, y luego Pía quien corrió hacia mí dando pequeños saltos y grititos mientras me abrazaba.

Lo que me oculta la noche|PaulinaMarsicano [Trilogía Oculta I] [COMPLETA]Where stories live. Discover now