Capítulo 44 " Todos estamos muertos"

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Tienes que superar mi muerte, no por mí, sino por ti, deja de llorar, que todos te vean como yo te conocí riendo a carcajadas y contando chiste.
Paulina Marsicano

Daniel

Nunca había visto a mis hermanos así, estaban absortos por la situación, Camilo se subió al auto y no dijo ni una palabra Lilyet decía que nuestro silencio era genial porque hablábamos más cuando estábamos en silencio, pero ahora no estamos en silencio estábamos callados, Ismael tenía los ojos cerrados y yo bueno estaba intento ser el fuerte de los tres así que hice como si nada en eso soy bueno anulando mis problemas.

- ¿Ponemos música? - Silencio, no pusieron música-Podemos parar a por algún juguete ¿Qué opinas Camilo?- Camilo se dio vuelta y me miró con los ojos que mira a sus juguetes, no tenía ganas de que lo moleste, pero era necesario no podía dejar que mis hermanos se dejaran llevar por el odio porque así no llegaríamos lejos.

Después de un rato volví a intentarlo esta vez con Ismael.

-Que te parece podemos bajar a por algo para comer ¿tacos?- Si hubo reacción, él estaba en el asiento de acompañante así que giro su cabeza y me sonrió, miro a Camilo y hablo.

-Para el auto - Camilo lo paro sin hacer preguntas, se bajó abrió la puerta del auto y me baje con él, soy imbécil, no era una pregunta era una afirmación, porque ni más me baje me rompió la cara de un puñetazo- Vuelve a hablar, di una sola palabra y juro que no llegaras a nuestra casa, te mataré antes lo juro- Se volvió a subir al auto y yo igual.

- Sangre - Canturree.

- Muerte- Me respondió Ismael.

Llegamos a la casa, pensé en ir con Kataia y contarle lo de su hija, pero Camilo me metió a nuestra casa cuando lo mencione, abrió la puerta del despacho de Samuel con tanta furia que pensé que la iba a romper, me sentía como cuando era niño y veía a Camilo tan grande y quería ser como él, Samuel nos miró a los tres y ni Ismael ni Camilo iban a hablar así que me acerque a su escritorio y le pase el móvil con la foto de Lilyet atada de pies y manos y una cinta en la boca, pocas veces Samuel se veía preocupado, hoy era una de esas veces.

Como el rey que era llamó a su padre y a sus hermanos, Vanira intento que Camilo e Ismael salieran de su estado de "oscuridad" no hablaron ni siquiera comieron en lo que resto de día se quedaron ahí esperando a los demás a que llegarán a la mañana siguiente todos estábamos en el despacho intento encontrar a Fëanor, intentamos rastrear el móvil, pero no funcionó así que buscamos de mil maneras distintas hasta que Pía se iluminó, nuestra tía comenzó a moverse por todos lados y agarro una hoja y un lápiz y dibujo una casa en un bosque y a un lado de la casa un árbol con una frase.

-¿Dónde la mato?- Pregunto Pía, Tretan y Samuel se miraron.

-No puede haber vuelto ahí- Dijo Samuel muy convencido.

- El asesino siempre vuelve al lugar del crimen- Susurró Francisco.

-Iremos a Minnesota -Comentó Tretan mientras se levantaba y cogía su chaqueta.

Fëanor llamo a Samuel cuando estábamos en los autos yendo a Minnesota.

- La perra de tus hijos tiene las horas contadas, la grabaré mientras se desangra-

- Matar a dos mujeres de la familia, que orgullosa estaría nuestra madre de ti- Samuel se río y Fëanor colgó.

El viaje a Minnesota era largo, no nos dejaron ir en avión dijo que sería peligroso, que si Fëanor sabía que nos movíamos en avión las movería de casa.

Lo que me oculta la noche|PaulinaMarsicano [Trilogía Oculta I] [COMPLETA]Where stories live. Discover now