La Gata Rusa 3 [Actualizaciones LENTAS ]

Rehabilitación

Por la mañana me levanta el sonido de la televisión por lo que salgo de la cama y lentamente arrastro mi pierna hasta el pasillo y asomo mi cabeza por la barandilla de las escaleras para ver a Claudia sentada en uno de los sofás cambiando los canales del televisor mientras busca algo interesante, junto a ella se encuentra un plato de nueces. Busco a mi madre con la vista, pero no esta así que procedo a descender los escalones entonces Claudia observa sobre su hombro y me sonríe.

—Tu mamá fue a buscar a alguien que te ayude a la rehabilitación. —dice y se levanta. Volverá más tarde, pero afuera se encuentra Viktor. —se acerca a mi y coloca una mano sobre mi hombro. -Ve con él.

La observo detenidamente para después avanzar con pasos cortos hasta la puerta, la abro y aparto mi mirada de Claudia para ver la camioneta del equipo frente a mi casa.

— ¡Hola! —saluda Viktor bajando la ventanilla del copiloto. –Sube, tenemos que llegar a tu cita con el medico. —me hace señas para que suba.

Le sonrío y salgo de casa para subir a la camioneta. Cuando cierro la puerta del transporte veo como Claudia mueve los dedos de la misma forma que la noche de ayer, pero esta vez no se encuentra sonriendo, en vez de eso tiene el entrecejo fruncido y cierra la puerta de la casa.

No entiendo que es lo que acaba de pasar, pero no me preocupo demasiado, es mi amiga y seguramente esta cansada de haberme acompañado toda la temporada de competencias. No debo sobre analizar las cosas, un mal día como el de ayer lo tiene cualquiera; no debe afectarme el hecho de que se pusiera de lado de mi madre , tal vez en verdad cree que dejar el hielo es lo mejor para mi.

— ¿Como pasaste la noche? —pregunta Viktor girando su cuerpo para verme. — ¿Te dolió o algo?

—No, estuvo bien. —elevo los hombros. —Claro que todo será más fácil tras la rehabilitación.

—Yuri dijo que iba a ver a su abuelo y que no podía estar en tu primera sesión, pero que esperaba que todo vaya bien. —dice y agacha la cabeza.

—Si eso dijo... ¿por qué no me llamo o escribió directamente? —reviso mi celular y no cuenta con ninguna notificación de la gata rusa.

Hay varias notificaciones de mi instagram, gente que me empezó a seguir, comenta mis fotos y me etiqueta en otras. Noticias en diarios sobre mi paradero y el porque no camine junto al equipo olímpico ruso en el aeropuerto y no hay más, no hay noticias de Yuri.

—No te preocupes por eso. Va con su abuelo en temporada baja y luego regresa... como el año pasado que te conocimos. —palmea mi rodilla sana.

—No puedo creer que ya haya pasado un año, parece que ha sido toda una vida desde que fui a recibirlos al aeropuerto... me cuesta creer todo lo que he logrado en ese tiempo. —observo a través de la ventanilla. —Tras un año mis sentimientos por Yuri solo aumentan. —murmuro y la camioneta se frena repentinamente logrando que caiga de mi asiento quedando sentada en el suelo con una pierna doblada y la otra en el aire.

— ¡Santo cielo! —grita Viktor y baja de la camioneta para abrir la puerta trasera y ayudarme a levantarme. -Ese es el motivo por el cual siempre debes usar cinturón de seguridad.

Bajo de la camioneta y elevo la mirada para darme cuenta de que nos encontramos frente al hospital. En silencio entramos al edificio donde Viktor saluda y me guía hasta una sala donde se encuentra una mujer con un uniforme azul con el logo del hospital.

—Hola. —saluda. —Mi nombre es Rebbecca y seré tu terapeuta física. —extiende su mano para que la estreche. —Vamos a evaluarte y tras esto podremos iniciar la rehabilitación. Si todo sale bien en un par de meses podrás volver al hielo junto con Viktor. 

—Bien, ¿cuando iniciamos? —pregunto ansiosa.

—En un momento, al ser menor de edad necesito que tu tutor firme algunos papeles y...

—Es Viktor. —interrumpo a Rebbecca. —Mi tutor es Viktor, él firmara.

—Claro, yo me haré cargo de los gastos médicos y todo. —el hombre me observa sobre su hombro y espera a que la mujer salga de la habitación para agacharse a mi altura. — ¿Perdiste la cabeza? No soy tu tutor, tu madre me va a matar cuando se entere.

—No tiene porque enterarse. —digo y le sonrío. —Pronto volveré a la pista para el siguiente campeonato nacional.

—____, estoy seguro de que tu madre se va a enterar. —guarda silencio un momento y la expresión de su rostro se vuelve más seria. —Puede que solo sea mi impresión, pero soy mayor que tu... —vuelve a guardar sus palabras y parece que las analiza antes de volver a abrir la boca. —La chica, Claudia parece no querer volver a su país y creo que... no es nada. —se levanta y me sonríe. —Eres mucho más fuerte de lo que creía.

No vuelve a decir nada y me quedo en silencio intentando comprender que es lo que acaba de decir. ¿Claudia no quiere volver a su país? no lo comprendo de todo, pero Viktor parece realmente preocupado por ello, es como si tuviera una lucha interna entre decirme algo y guardárselo hasta la tumba.