La Imperfecta Perfección

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Tras las palabras de Viktor sentí como si el mundo se detuviera, el tiempo se congelara y todo callara para presenciar claramente ese momento, el momento en que la esperanza regresaba a mi cuerpo, toda energía y vitalidad volvían a mi ser e incluso sentí como si mi propio rostro se iluminará.

Sin pensarlo demasiado me avalance sobre el ruso y lo abrace como si mi vida dependiera de ello, era un ángel que me devolvía al hielo que tanto anhelaba mi corazón y él solo correspondió a la par de sus estruendosas risas juguetonas como si de un niño se tratase.

—Dios, Viktor. Es lo mejor que me han dicho en semanas. —seguía aferrada a su cuello. —Gracias.

—La verdad, mucho ha sido gracias a ti, si te hubieses dejado desfallecer tras todo lo que te ha pasado ni siquiera caminarias para este punto. —rompió el abrazo. —El médico dijo que sorprendentemente has mejorado, quizá en un mes puedas volver al hielo sólo como amateur.

—Cualquier forma de volver al hielo es mejor que no volver en absoluto. —la sonrisa de mi rostro era imposible de ocultar, no me había sentido tan feliz desde que llegué a las competencias y a pesar de que había sido poco tiempo, lo sentía como si una eternidad hubiese pasado.

—No tan rápido. —me paro en seco. —Debes ser consciente de que no volverá a ser lo mismo, tu rodilla no está preparada para ser la de antes.

— ¿Qué es lo que quieres decir? —ladie la cabeza. —Dijiste que estaba mejorando.

—Si sobreesfuerzas la rodilla podría ser peor que la primera vez y realmente no volver a caminar. —agachó la cabeza. —Soy tu tutor temporal en lo que regresa tu padre, tienes 16 años, legalmente puedes salir de casa, pero si algo te llega a pasar jamás me lo perdonaría.

—Viktor...

Mis palabras quedan suspendidas en el aire, no había nada que pudiera decir al respecto, todo lo que había logrado profesionalmente había sido gracias a él, no podría llevarle la contraria y decepcionarlo.

Sus ojos claros conectaron con los míos, había algo que quería decirme, podía verlo en su mirada pero antes de que pudiese tomar aire para hablar la puerta de la sala se abrió mostrando al terapeuta con su siguiente paciente. Viktor se levantó y me ayudó a ponerme de pie para salir del lugar y tomar un taxi a su departamento.

— ¿Cuándo crees que pueda ir a ver a los demás? —pregunte una vez que cruzamos la entrada de su piso.

Viktor seguía colgando su abrigo cuando se giro para verme.

—Mañana, tal vez, mañana. —asintió varias veces. —Al inicio preguntaban mucho por ti, pero desde que Yuri... —espero un momento antes de continuar. —Prefieren no incomodar.

—Así que ella. —me refería a Claudia. —Esta con él todo el tiempo. -me senté en el sofá y de inmediato Makkachin se sento a mi lado.

—No es buena patinando. —admitió con una risa. —Eso le irrita, sabes que Yuri quiere perfección en todo lo que hace y claro. —acarició mi cabeza. —Tu lo eres.

Me reí ante su comentario, no era perfecto ni siquiera en lo más mínimo y mucho menos después del trágico accidente que me alejo de la gata rusa.

—Solo espera a volver al hielo, eres el mejor miembro del equipo de esta nación, seguramente nunca revisaste los artículos que salieron sobre ti. —me empujó levemente para que me moviera y hacerse un espacio en el sofá mientras buscaba algo en su celular. —Tomé captura de todos y cada uno de ellos, quería hacerte un álbum para cuando ganarás una medalla, pero ahora, más que nunca, necesitas la motivación.

Y fue entonces que me mostro cada una de las capturas de los títulos de los artículos que escribieron sobre mi.

"Joven promesa rusa"

"Petrov, orgullo nacional"

"Cuentos de personas apoyan a Petrov"

Y la lista seguía y seguía, poco había prestado atención sobre lo que pasaba fuera de mi cabeza.

—Incluso aumentaste más de cinco mil seguidores en instagram. —me sonrío con esa encantadora sonrisa en forma de corazón que hacía tiempo no veía. Me hacía sentir como si nada hubiese pasado.

—No puedo esperar para volver. —le devolví el celular. —Gracias por todo.

—Oh vamos, eres como una mascotita. —volvió a acariciar mi cabello y se levanto para ir a su habitación. Creo que no se dio cuenta de sus palabras y si lo hizo, jamás lo haría con mala intención solo que llamarme "mascotita" me desconcertó.

Y como si fuese una maldición una notificación de instagram se hizo presente.

"Yuri-Plisetsky ha comenzado a seguirte"

La Gata Rusa 3 [Actualizaciones LENTAS ]Where stories live. Discover now