El arnés

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Georgi se equivoco...

Tras un par de días calentando fuera de la pista y patinando en los bordes, él decidió que era momento de pasar al siguiente nivel, los saltos simples.

Le pidió a Viktor que nos asistiera, no era necesario que nos entrenase ni nos diera coreografías, Georgi podía hacerlo por su cuenta. Al solicitarle  Viktor su presencia no era solo para vernos sino que sostuviera el arnés que me habían colocado para poder dar los saltos sin tener que forzar mi rodilla.

—Va a ser muy fácil —dijo Georgi colocándose detrás de mi, sostuvo mi cintura —El impulso para el salto te lo daré yo, te elevaré y empujare mientras que tu giras, solo debes procurar caer con la pierna buena —se giró para ver a Viktor que sostenía el arnés con fuerza —Lo haremos primero cerca del barandal, te dará confianza.

No sabía que esperar, deseaba poder dar los saltos, pero estar ahora con el arnés, en la pista con Georgi sosteniéndome hacia que mis nervios estuvieran a tope. Tome un par de grandes bocanas de aire y asentí lentamente indicándole a mi compañero que estaba lista asi que él me tomo por la cintura, tomo impulso y me lanzo; mi mente quedo en blanco, no esperaba que Georgi tuviera esa fuerza, me sentía como una bailarina de ballet siendo elevada solo que a mi me faltaba esa elegancia así que encogí las piernas y pronto Georgi me había vuelto a tomar en brazos.

—Tal vez deba contar hasta tres antes de lanzarte —se rió un poco para aligerar el fracaso del primer intento —Tranquila, prefiero caer al hielo antes de que lo hagas tu —hizo que mis cuchillas tocaran el hielo — ¿Lista? —asentí de nuevo, escuche la cuenta hasta tres, suspire y pude sentir como una vez más era arrojada por los aires, di una vuelta antes de caer al suelo con un mal posicionamiento de cuchilla cosa que hizo que Viktor tirara del arnés y Georgi tomara mi muñeca para amortiguar el tirón.

—Lo lamento —dije antes de ponerme de pie de nuevo —En verdad lo lamento —me gire para ver a Georgi —Perdona —miré a Viktor quien mantenía una pequeña sonrisa que era opacada por la tensión en su mandíbula y la forma en la que sus dedos presionaban contra el seguro del arnés.

—Esta bien, vas muy bien —Georgi sonrió —No debes disculparte por tener miedo.

Sus palabras fueron silenciadas cuando se abrió la puerta mostrando como Yuri entro al Palacio de Hielo siendo seguido por Claudia, se apresuraron a llegar a la barandilla de la pista y la que anteriormente había sido mi amiga sonrió con superioridad abrazando el brazo derecho del rubio que se limito a escanearme.

—Tu madre te manda saludos —grito Claudia y aparte la mirada —No deberías volver a patinar, eres un fracaso para la nación —cerré los ojos ante sus palabras, Georgi tomo mis hombros para cubrirme detrás de él —Viktor —volvió a gritar para llamar la atención —Deberías entrenarme a mi —abrí los ojos ante esa oración en espera de que el platinado hiciera caso omiso a ella. Pude ver como Viktor liberaba el agarre de su mano derecha, elevo el dedo indice, se toco la mejilla para sonreír.

—No —fue lo único que salio de sus labios antes de volver a sostener el arnés, la expresión de sus ojos se volvió oscura, le molestaba la presencia de esa chica en el Palacio, el ambiente en general había cambiado, estaba lleno de tensión, tanta que podía aplastar tus hombros.

Solté una carcajada y de inmediato cubrí mi boca con amabas manos y abrí los ojos con sorpresa, sabía que mi risa se había escuchado al otro lado de la pista donde se encontraba la nueva pareja, lo que me tomo por sorpresa fue el sonido del hielo siendo rasgado por los patines que se aproximaban.

—No sé porque te ríes —era la voz de Yuri, se encontraba frente a Georgi quien seguía intentando cubrirme con su cuerpo, cosa que no servia de mucho, era más delgado que yo así que asome mi cabeza por el costado izquierdo del cuerpo del chico para poder ver al rubio. Tenía las manos en la cintura y estaba levemente inclinado hacia el frente para poder igualar mi altura —Ni siquiera puedes saltar sin el arnés —apunto con la cabeza a Viktor.

—Al menos yo si estoy en el hielo —aparte a Georgi —Tu novia se quedo con mis patines —ladee la cabeza —Parece que le gustan mis sobras —había ocupado palabras parecidas a las de JJ cuando volvió con Isa, sabía que dolían y era curioso que le pasara dos veces a Yuri —No te preocupes, ya no me importa —palmee su hombro y aparto de inmediato mi mano.

—Soy mejor patinador que Georgi —dijo entre dientes —Soy mejor que cualquier otro chico con el que tengas pensado patinar.

—No, Yuri —negue con la cabeza —Preferiría terminar mi carrera antes de si quiera pensar en patinar con alguien como tú; puede que ganaras hace un tiempo, pero en el patinaje en parejas, eres un fracaso aun mayor que yo —le dí la espalda para tomar el brazo de Georgi —Lo haré bien esta vez.

El resto de la práctica fue mejor respecto a la tecnica, ya podía clavar un salchow simple, siempre debía iniciar con mi pierna herida para caer con la sana y evitar empeorar mi condición por el impacto. Georgi cada vez me llevaba más al centro de la pista para poder patinar juntos, no soltaba mis manos sin importar que estuvieran sudadas, de vez en cuando no podía evitar resbalar al no terminar de adaptarme a él.

Para cuando terminamos el entrenamiento de ese día Georgi se escuso para ir a los casilleros a cambiarse para volver a casa y me quede con Viktor quien me abrazo y felicito por mi avance.

—Es como si tu cuerpo estuviera hecho para el patinaje en parejas —me sonrió mientras me ayudaba a quitarme el arnés.

—Quizá debí hacerlo en lugar de ser solista y terminar con una rodilla destruida —me burle de mi condición —Georgi hace la mayor parte y es paciente.

—Bueno, al igual que yo, no nos queda mucho tiempo antes de retirarnos —informo Viktor y me sorprendí antes sus palabras.

— ¿Qué quieres decir? —le pregunte sentándome en las gradas.

—Cada vez nos acercamos más a los treinta, la idea de retirarnos y volvernos simples entrenadores es latente. Quizá Georgi ya acepto la idea y veo esto más como un vistazo de lo que será su vida que patinaje de competencia.

—Pero sí Georgi no compite conmigo ¿donde me dejaría? —esa noticia me llego como un balde de agua helada —No quiero dejar la pista cuando estoy tan cerca de volver.

—Siempre podemos conseguirte otra pareja, te adaptaras como con Georgi...

—Aun no me acoplo de todo a él —lo interrumpí —Me siento segura, pero no estamos conectados y él también lo sabe, cualquiera puede verlo.

Comenzaba a alterarme, tenía miedo de fracasar una vez más. Era joven, no debería de importarme esas cosas, pero ahí estaba, sentada frente a la pista con una rotula destrozada, el ceño fruncido y ganas de gritar. Sentía que cada vez que estaba por alcanzar la felicidad me era arrebatada. 

Yuri no había vuelto a interrumpir mi entrenamiento, se mantuvo al otro lado sin siquiera mirarnos, nos estaba evitando; pero Claudia, ella sí que mantuvo sus ojos en mi, en todo momento, sí su mirada fuera un puñal, yo ya estaría muerta. Estaba molesta, le irritaba que a pesar de sus esfuerzos por quedarse con mi vida, aun no era capaz de lograrlo. Yo estaba de vuelta en la pista sin importar el pasado y ella estaba al otro lado, aun mirando, en espera de que alguien la mirase... sentía un poco de pena por ella, le hacia falta tanto amor propio.

—Viktor —lo llamé y se sentó a mi lado — ¿Sabías que ella daño mis cuchillas? —no tenía idea del porque saque el tema a la luz, no era el momento ni el lugar para hablar de ello —El accidente... ella lo provoco para quedarse con mi vida.

— ¿Hablas en serio? —el tono de su voz denotaba preocupación y asentí —Eso es grave, debemos denunciarlo —se levanto de inmediato y eleve la cabeza para verlo.

—No tiene caso, no tengo pruebas y mi madre la apoya —volví la vista al hielo —Puedo recuperarme, no es como sí me hubieran golpeado con un bate de béisbol en la rodilla... parece que los noventas no han pasado de moda.

Viktor soltó una carcajada y me ayudo a levantarme, en realidad, ya no necesitaba ayuda para levantarme o para colocarme los patines, practicar durante seis horas al día era suficiente como para poder amoldar el patín a mi pierna. Sí seguía así mínimo podría realizar una rutina de presentación en algún festival, fuera de las competencias y luego debería de buscar un nuevo compañero. 

Antes de poder salir del Palacio de Hielo, mire sobre mi hombro. Claudia se estaba despidiendo revoloteando los dedos de la mano mientras que Yuri se recargaba en la barda de la pista para ver como me alejaba lentamente; de alguna forma aun me sentía conectada con él, después de todo, una parte de mi corazón le pertenecía.

La Gata Rusa 3 [Actualizaciones LENTAS ]Where stories live. Discover now