Beso

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Para cuando Viktor y yo volvimos a casa, Makachin nos recibió dando brincos y mordiendo nuestros tobillos, acaricie su cabeza y sin esperar mucho más me recosté en el sillón sin importarme donde quedara la transportadora de patines. Viktor, por su parte, fue a la cocina para empezar a buscar que preparar para la cena. Parte de la rutina de mi entrenador era no comer nada después de las seis de la tarde, para cumplir una especie de ayuno.

— ¿Te molestaría que MI Yuri venga a la casa? —asome mi cabeza desde el respaldo del sofá, estaba dándome la espalda mientras que colocaba una sartn en la estufa.

—Yo no tengo problema, están casados ¿no? Debían de estar viviendo juntos desde hace un tiempo —volví a acomodarme en mi lugar.

—Llegará el fin de semana —dijo sin dar más explicaciones y no eran necesarias, yo estaba de agregada en su casa, el debía sentirse con la libertad de hacer cosas sin tener que consultarme —Vivirá con nosotros, nos casaremos aquí después de las competencias, ya que no participaré este año, es probable que él gane.

— ¿Qué hay de Plisetsky? —pregunté —Él va a participar, ¿no?

—No estoy del todo seguro —respondió como si no importara —Ha estado muy distraído en la pista estos días, sí sigue así lo más probable es que no logre calificar.

— ¿Es por Claudia? —quizá estaba preguntando demasiado, debía empezar a superar a Yuri pero en realidad parecía ser ese amor que por más que pase el tiempo no puedes olvidar.

—No, no es por ella. Yo creo que es más por alguien con quien vivo.

Me enderece para poder sentarme y Makachin aprovecho para sentarse a mi lado, a Viktor no le importaba si el perro soltaba pelo y lo dejará sobre el sofá. Permanecí en silencio un par de segundos que me parecieron una eternidad para después volver a hablar.

— ¿Te ha dicho algo? —juguetee con mis dedos.

—Nada realmente importante o tal vez si. Sí no lo hubieras bloqueado seguramente ya te hubiera escrito.

—Sí le importara ya hubiera tratado de hablarme sin insultarme — rodé los ojos, me levante del sofá dispuesta a ir a mi habitación.

—Sí no le respondieras de la misma manera tendrían una conversación como adultos —lo escuche suspirar con fuerza, era más un gruñido, en realidad — Sabes que no es bueno comunicándose —escuche como soltaba un cuchillo sobre la encimera.

—Eso no justifica lo que me hizo —no estaba molesta sino decepcionada, me dolía lo que Yuri había hecho, la forma en la que lo hizo, me dejo sin decir nada a pesar de que intente buscarlo —Descansa Viktor.

Me recosté en la cama , el labio me temblaba, quería llorar, pero él ya no merecía mis lagrimas. Tomé el celular, abrí instagram para revisar el perfil de Yuri, no lo hice ni cuando comenzó a seguirme; revise sus fotografías, lo extrañaba y detestaba al mismo tiempo, cada vez que lo veía quería golpear su rostro y gritarle que se jodiera para que después me abrazará, sentir sus labios de nuevo en una dolorosa unión. 

Al despertar eran cerca de las cuatro de la mañana, la pantalla del celular aun mostraba una fotografía de Yuri. Bloquee el celular, lo guarde en el bolsillo de mi pantalón y haciendo la menor cantidad de ruido que podía salí del departamento de Viktor, camine hasta un pequeño parque, tome lugar en una banca y observe a la nada; necesitaba aclarar mi mente, me sentía perdida, como si la visión que tenía de mi misma se estuviera evaporando en el aire sin poder alcanzarla. Sin mucho más que hacer, revise entre mis contactos alguien que pudiese calmarme un poco, pero, para mi desgracia no contaba con demasiados amigos, la mayoría, todos en realidad, pertenecían al equipo ruso de patinaje sobre hielo.

Marque un número en espera de una respuesta rápida.

— ¿Hola? —preguntaron al otro lado de la línea  al segundo tono, la voz sonaba un poco adormilada, lo había despertado. 

—Georgi — murmure su nombre, temía decirlo en voz alta. A pesar de llevar semanas practicando juntos, no me sentía lo suficientemente cercana a él y mucho menos para que recurriera a mi rescate.

— ¿______? ¿Estas bien? ¿Sucede algo? —pregunto más despierto que antes y solo pude soltar un pequeño sollozo — ¿Dónde estas? Voy a ir a buscarte.

—En el parque frente al departamento de Viktor.

—Bien. No te muevas de ahí, no tardo —colgó la llamada, baje el celular dejándolo a mi costado en lo que aparecía Georgi.

 No tardo en aparecen en mi campo de visión, estaba trotando con una chamarra rompe vientos negra con franjas azules, movía sus brazos para generar calor y cuando llego a mi encuentro se coloco de cuclillas frente a mi.

— ¿Estas herida? —cuestiono. Lo observe un momento, sus mejillas rojas, las gotas de sudor en su frente indicando que había estado corriendo durante un tiempo, no se había acomodado el fleco así que cubría sus ojos.

—Creí conocerlo —comencé a hablar —Confié en él, le tome cariño y ahora siento que le importo una mierda, es decepcionante —y ahí estaban las lagrimas, acumulándose en mis ojos —Es más difícil dejarlo ir cuando era lo que importaba cuando nada más lo hacía.  

Georgi no dijo nada, escucho cada una de mis palabras y cuando creyó que había terminado, se levanto y me atrajo a él para abrazarme. Me sostuvo con la fuerza que yo no poseía, acaricio mi cabello con delicadeza mientras que nos mecía a ambos lentamente para que me tranquilizará acerco mi cabeza a su pecho para poder escuchar su corazón y que mis latidos se acoplarán a los de él.

—Todo estará bien —murmuró cuando había dejado de llorar.

— ¿Georgi? —un sonido provino de su garganta invitándome a continuar hablando, separe mi cabeza de su cuerpo y eleve el mentón para poder verlo así que él agacho la cabeza para verme a la cara — ¿Te puedo pedir un favor? —asintió lentamente — ¿Puedo besarte?

Al parecer mi pregunta lo había tomado por sorpresa, abrió los ojos y por un segundo su respiración se corto, se movió incomodo sin romper nuestro abrazo.

—No creo ser un buen besador y eres menor de edad —bromeo intentando aligerar la carga de sentimientos del momento —No sería apropiado.

—Por favor —insistí y después de que lo meditara, tomó mi mejilla izquierda y acercó su rostro al mío.

Cerré los ojos en espera del contacto. Primero sentí su respiración golpeando mi piel, podía escuchar los latidos de mi corazón en mis oídos y en un segundo sus labios estaban tocando levemente los míos como si estuviera esperando que me arrepintiera de mi decisión así que decidí besarlo yo. Junte sus labios con los míos en lo que fue un torpe contacto entre labios, me aferre a su chaqueta buscando profundizar el beso cosa que él no permitió al inicio, pero un par de segundos después pude sentir como relajaba los hombros, me atraía a su cuerpo y con la lengua me hizo entre abrir los labios para permitirle que ambas lenguas se conocieran. Me sujete con fuerza de sus hombros cuando sentí que con su rodilla presiono levemente mi entrepierna; mis mejillas estaban ardiendo, no había tenido esa clase de interacción antes  y estaba nerviosa.

Georgi aparto su mano de mi mejilla para tomar mis muñecas y separarme de él.

—Quizá sería bueno que fueras a casa — dio un par de pasos atrás manteniendo distancia de mi — Nos veremos en la pista —giró sobre su propio eje, vi como adentraba sus manos su chamara y se alejaba sin mirar atrás.

Tome mi celular que aun estaba en la banca, me abrace a mi misma y volví al departamento de Viktor donde Makachin estaba esperando mi regreso. Fui al cuarto de baño, mire mi reflejo en el espejo y toque delicadamente mis labios; ese beso había sido diferente a los que había recibido y no estaba segura de sí me había gustado. Al volver a la habitación, me cambie de ropas y me recosté dándole vueltas al asunto. 

La Gata Rusa 3 [Actualizaciones LENTAS ]Where stories live. Discover now