Capítulo 8

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"Una buena chica conoce sus límites, una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno

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"Una buena chica conoce sus límites, una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno."

Marylin Monroe

***

Acepté que me llevara en su motocicleta, aún tenía sueño, me dolían un poco las piernas, y andar esperando un Uber se me hizo tonto. Además, que Alek piense que yo podría doblegar mi orgullo por él, me pareció perfecto.

Si tenía que inventarme una historia de amor para llegar a él, entonces eso era exactamente lo que iba a hacer.

Me bajé al instante que se detuvo, iba a alejarme para entrar, pero él me lo impidió tomando mi mano con delicadeza.

Su toque se sintió muy suave, como si se estuviera esforzando por ser tierno.

—¿Qué? —Le quité mi mano de la suya y crucé los brazos.

—Mi padre siempre está pendiente de lo que pasa en la casa, tiene ojos en todas partes, lo sabe todo. Necesitas fingir incluso cuando crees que nadie te ve, porque si te descubre, Mirko tendrá problemas grandes.

—¿Hay cámaras? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

Los observé por esas cámaras un tiempo, hay en los espacios comunes pero no en las habitaciones, así que no sirvió de mucho, todo lo que vi allí era frivolidad y rutina.

—En algunos sitios, pero además todas las personas que trabajan en la casa, lo hacen para él. Si ven o escuchan algo, es exactamente lo mismo que si lo viera o lo escuchara él.

—¿Por qué tanto control? —cuestioné, curiosa por la naturalidad con la que lo dijo.

—Asesinaron a uno de sus hijos dentro de su propia casa, la paranoia se queda para siempre… —murmuró, no me quedó claro si me daba una excusa o intentaba justificarlo.

—¿Quién lo hizo? —pregunté directamente, consciente de que iba a mencionar a mi hermano, pero muy atenta a lo que su lenguaje corporal pudiera decirme.

—Uno de sus amigos, está en la cárcel ahora, no tienes que preocuparte.

—Pero, ¿por qué? ¿Qué pasó?

—No sabemos, pero él asumió la culpa así que… ¿por qué hablamos de esto? Ya vete a dormir.

¿Él asumió la culpa? ¿En qué puto momento? Eso definitivamente no estaba en su declaración. De hecho, él se negó a declarar y jamás quiso decirme por qué, solo me juró que no lo hizo y yo le creí.

—No sé, tú trajiste el tema —me encogí de hombros con desinterés—. Hasta mañana, Alek, trata de desayunar algo dulce así se suaviza tu cara de culo.

—¿Se suaviza? —arrugó la nariz sin comprender.

—Si vas a tener cara de culo, al menos que sea un culo bonito como el mío.

MiéntemeWhere stories live. Discover now