Capítulo 10

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"Los traicioneros son siempre desconfiados

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"Los traicioneros son siempre desconfiados."

J. R. R. Tolkien

***

ZOE

—¿Segura que estás bien? —Su mano acarició de forma muy suave mi mejilla, y luego de inspeccionar mi rostro una vez más, me abrazó con ternura.

Alek no se tardó casi nada en llegar, solo unos minutos después de la llamada estaba frente a mí, con una muy dulce preocupación.

—Sí… solo estoy confundida.

—¿Qué te hicieron? ¿Cómo eran? Si me das una descripción puedo salir a buscarlos.

—Estaba esperando a Jean —le conté la verdad, aunque desde luego la iba a sesgar lo suficiente.

—¿Para qué? —cuestionó un poco receloso.

—Eso podría desencadenar una nueva discusión y desviar el tema, así que primero te diré lo que pasó y luego te explico esa parte…

—Bien —aceptó, aunque no muy convencido—. Estabas esperando a Jean, ¿y qué pasó?

—Dos tipos se acercaron, pero no entendí porque no hablaban español, no estoy segura de qué idioma era. Intenté decir que no entendía y alejarme, pero uno de ellos se volvió muy insistente, caminé hacia atrás y…

—¿Qué te hizo?

—Me sujetó, de forma extraña… me defendí cómo pude, y luego se oyó como que  alguien se acercaba, así que salieron corriendo.

En definitiva, esa era la verdad. No tenía idea de quiénes eran esos tipos, ni de lo que me dijeron, ni de por qué uno de ellos tuvo la osadía de poner una mano sobre mí. La situación fue demasiado confusa, pero al final fue divertido ver cómo corrían.

—¿Te asustaste? —Deslizó su mano por arriba de la mesa hasta que alcanzó la mía y la cubrió por completo.

—No… en realidad me sentí bastante paralizada, me asusté luego, en el momento no tuve mucha reacción ni tiempo de pensar.

—Esta no es una zona segura.

—No la conocía, Jean me citó aquí —me excusé, porque sus palabras sonaron como un regaño.

—Pues es un imbécil, ¿dónde está? Al menos debió venir contigo, no hacerte venir sola.

—Ya no vendrá.

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