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NARRADOR-
Dentro de la habitación de la pelinegra se había formado un silencio tan profundo y cómodo. Finn, estaba recostado sobre el pecho de la joven mientras ella le acariciaba su espalda desnuda con total cuidado. Ambos estaban cómodos y no querían que eso se acabe aun.
Había amanecido; Y finn, seguía en su casa, abrazándola. Eso la hacía sentir un poco extraña, pero no podía quejarse.
—¿Puedo volver?
Pregunto repentinamente rompiendo el silencio y haciéndola reír ligeramente con su comentario.
—No, skye. —Se alejo ligeramente del cuerpo de ella para poder mirarla mejor.— No me refiero a volver para esto, hablaba de volver a vernos como amigos.. Para hablar y esas cosas, pareces una chica muy divertida.
Ella lo miro con una sonrisa.
—Eres el primero que quiere volver para hablar..—Murmuro y él volvió a recostarse en su pecho, escondiendo su rostro en el cuello de la pelinegra.
—Entonces.. Puedo?
—Claro que puedes.
[»»»]
Lizzie, estaba nuevamente de visita. Pero, esta vez solo quería averiguar que había pasado con finn la noche anterior y si en verdad había pasado lo acordado.
—¿Y entonces?
—¿Qué?
—Vamos, sabes de lo que hablo.
La menor, prendió un cigarro mientras lizzie la miraba atenta a todo esperando recibir detalles de lo ocurrido, porque thomas quería saber si lo acordado había pasado.
—No hablo de lo que sucede con mis clientes, lizzie. Lo que sucede con ellos no tiene que importarte.
—Vamos, finn no fue uno de tus clientes millonarios de siempre.. Lo trajiste a tu casa, fuiste buena y no le cobraste.—Enumero las cosas.
—¿Quieres ir a contarle a tom? Puedes decirle que si follamos, que no se preocupe. Probablemente nos volvamos a ver y que puede dejarlo en paz de una vez.
—No estoy aquí por tom.
—Siempre estas aquí por él. Si no es un favor es otra cosa liz, y lo sabes querida.
—Somos amigas, me importas por eso estoy aquí.
—A ti solo te importa él, liz.
—Skye, que mierda pasa contigo?—Se levanto de su asiento sintiéndose enojada con la joven.
—¿A mi? Nada.—Le dio una calada a su cigarro bajo la atenta mirada de la contraria.— Soy joven pero no estúpida, liz. Se cuando le importo a alguien de verdad y cuando solo me usan.
—Sabes, piensa lo que quieras.
—Adiós, cuidate.—Murmuro con una sonrisa burlesca en el rostro.
