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Las semanas pasaron desde el regreso de la pelinegra a birmingham y la joven pareja se encontraba sumamente enamorada, como dos adolescentes viviendo su primer romance. Todo era perfecto. Eran una relación tan dulce y amorosa en su hogar, pero fuera de este se comportaban un poco más distantes para evitar comentarios.
Skye se sentó en la mesa del garrison esperando que finn le trajera un vaso de whisky. Estaba en compañía de cassie y frente a ellas se encontraba Bill, el hombre que trabaja en la casa de apuestas justo a finn.
No le agradaba en lo absoluto, pero lo estaba tolerando por su amado novio que era muy amigo del contrario y lo había invitado.
—No puedo creer que finn salga contigo, la verdad.—Musito ganándose la atención del dúo de amigas.—Cuando me contó que eras su pareja, simplemente no pude creerlo. Fue sorprendente.
—¿Por qué fue sorprendente?
Él río con nervios.
El corazón de la pelinegra comenzó a latir con fuerza contra su pecho y su sangre comenzó a sentirse caliente. Lo que fuera a salir de la boca del contrario podía determinar muchas cosas, como por ejemplo que una bala termine en medio de sus dos ojos.
—Bueno, eres skye.—Murmuro entre risas nerviosas. Era un idiota.—La chica imposible, la que cobra fortuna.—Dijo y cassie le dio vuelta la cara de un chachetazo antes que siguiera diciendo idioteces.
—Hey , hey —Llegó finn.— ¿Qué haces, cassie? ¿Qué te pasa?—Le pregunto con el ceño fruncido. Bill lo miró con cara de perrito triste.
—Solo defiendo a mi chica.—Contesto seriamente viendo de reojo a su mejor amiga que estaba totalmente perdida en sus pensamientos.—Tu amigo es un idiota, fíjate con quien te juntas shelby.
—¿De qué hablas?—Pregunto confuso, pero cassie no le contesto y simplemente se levanto de su asiento, tomando sus cosas, lista para que ambas se fueran de ahí.
Skye tenía la mirada perdida en un punto lejano mientras sus ojos estaban cristalizados. Le dolía tanto ser solo eso, la chica que cobraba fortuna, nunca iba a dejar de serlo y debía comenzar a aceptarlo, solo era eso. Una zorra sin más.
Estaba marcada de por vida. Era algo que nunca iba a poder borrar de su historia y se sentía horrible. Se sentía sucia.
—Skye.—Murmuro finn intentando llamar la atención de su novia, pero ella no dijo nada y simplemente se levanto de su asiento, siguiendo a cassie. No quería hablarle.
El shelby menor las vio irse y su mirada se dirigió a su amigo.
—¿Qué mierda les dijiste?
—Solo dije que me sorprendía que fuera tu novia, amigo, relájate. Nunca le diría algo malo a tu chica.—Murmuro fingiendo inocencia.
—¿Y por qué se enojo?—Pregunto sin entender. Algo le faltaba a la historia y no estaba sabiendo que era.
¿Tendría que seguirla? No estaba del todo seguro, pero simplemente se quedó sentado junto a Bill, luego iría a buscarla.. no creía que fuera nada importante.
—No lo se, amigo.—Suspiro.—Las mujeres son así. Están locas.
