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—¿Donde estabas, skye?
La pelinegra lo miró. Finn, se encontraba sentado en el sofá de la pequeña sala de estar que tenían, la contraría no contesto y se adentro a la casa, dejando su bolsa sobre la mesa junto a la puerta. No tenía ánimos para hablarle o mirarlo, ni siquiera quería volver a casa, pero charlie le dijo que era lo mejor.
Paso directamente a su habitación y sintió las pisadas de finn, detrás de ella y eso la hizo suspirar. Se sentó en la cama y espero verlo aparecer por la puerta del cuarto.
—¿Ahora no me hablas?—Le pregunto con enojo. Estaba demasiado alterado para el gusto de skye y no tenía pensado aguantarlo mucho tiempo más, si seguía en esa postura.
—Tu amigo hablo de mi.—Murmuro en un tono bajo.—Dijo que no creyó que fuéramos novios cuando le contaste, porque soy la chica que cobra fortuna.. la que pocos podían tener.—La primera lágrima bajo por su mejilla.
—Skye..
—Supongo que solo soy eso en esta ciudad y en cualquiera. La chica que cobra fortuna para que puedan acostarse con ella.—Suspiro con la mirada perdida.
—No eres solo eso amor.
—Pero bueno, tú eres un shelby y los shelby's consiguen todo lo que ellos quieren.—Lo miro.—Y aquí estoy, siendo la chica de finn shelby.
Él negó.—No digas tonterías, skye. Lo nuestro no comenzó de esa forma, no fue algo posesivo y no te obligue a ser mi novia, no te obligue a eso solo porque sea un shelby.
—Lo se.. pero ahora te comportas como un idiota y no se cual es la razón de eso finn.—Suspiro.—¿Hay otra mujer? ¿Es eso lo que pasa?—Pregunto con la mirada triste. Tenía miedo de cual iba a ser la respuesta del contrario.
—No, amor, claro que no hay otra mujer en mi vida.—Murmuro con preocupación y se sentó a su lado en la cama.—Nunca podría tener a otra mujer. Yo lo tengo todo contigo.—Le aseguro.
—¿Hablas en serio?
—Si, preciosa.—La miro.—Te amo y solo soy capaz de amarte a ti, no tienes que pensar otra cosa. Jamás te haría eso.
Asintió.—Esta bien. Yo también te amo demasiado.
—¿Donde estabas metida? Estaba preocupado por ti, hermosa.—Consulto de una manera más tranquila.
—Estaba con duke y charlie, con los caballos y bueno curly también estaba ahí.—Contesto tranquilamente mientras se quitaba la camisa para poder ponerse algo más cómodo para dormir.
—¿Con duke?—La siguió con la mirada y ella asintió.—No quiero que estés cerca de ese chico, no me agrada y no lo quiero cerca tuyo.—Murmuro en un tono serio casi como si se tratase de una orden.
—Y yo no quiero que estés cerca de Bill y ahí estas.—Contesto sin mirarlo y logro escucharlo suspirar.
—No es lo mismo.
—¿Por qué, no?—Pregunto.
—Porque no.—Se paro delante de ella, mirándola.—Bill es mi amigo, es un buen hombre y en cambio a duke, no lo conoces en lo absoluto.
—Bill no es un buen hombre. Es un idiota y un cobarde de primera.—Retruco.—Duke es de la familia. Tom confía en él y eso debería ser suficiente para todos.
—¿Desde cuando confias tanto en las palabra de tom?
—Desde hace tiempo, finn.
—Quédate lejos de duke, skye. No me hagas repetirlo.
—¿Te alejaras de Bill?
—No, no haré eso.
—Entonces yo tampoco, finn.
—Eres tan infantil, skye.
Musitó con fastidió antes de abandonar el cuarto, dejándola sola.
