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NARRADOR|
—Es hermosa.
El comentario de isaiah, logro ponerlo tenso. Fue un comentario sin más, una opinión que lo obligo a beberse su vaso de whisky de un solo trago para tragarse sus palabras, su mirada viajo a la barra del garrison, donde se encontraba su pequeña skye riendo con su amiga de cabellos rojizos.
Nadie sabía sobre ellos.
—Cuanto apostamos a que no logras invitarla a salir, michael.—Propuso uno de los blinders entre risas torpes a causa del alcohol.
Idiota.
—Las mujeres de mis primos son sangradas, karl.—Contesto mirando a la barra. Le interesa la chica de pecas y cabello rojizo.
—Se llama cassie.—Murmuro finn sin mirar a su primo, solo lo comento sin más.—Le gusta la cerveza y los chicos que parecen gánster, tienes todo para ganar primo.—Palmeo el hombro del joven gray pasando por su lado, yendo a la barra con las chicas.
Sus ansias de marcar territorio fueron más grande que sus propios principios de mantenerlo como algo secreto para evitar problemas y que la gente se tomara el derecho de opinar mierdas sobre la relación.
Al menos durante el inicio.
Solo quería cuidarla.
—Siento que hay una parte de la historia, la cual perdí.—Musitó isaiah con confusión, bebiendo un trago de su cerveza.
—Cassie..—Susurro michael siguiendo a su primo hasta la barra. Al llegar, ambas chicas lo miraron con una sonrisa amable.
Finn, apoyo ligeramente su mano en la espalda baja de la pelinegra indicándole que debían irse y dejar a los contrarios a solas. Entre pequeñas risas cómplices salieron el garrison.
—Michael, en serio!—Comento sin poder creerlo, intentando ver que estaba pasando dentro del local. Su amiga, había estado muerta por el chico desde que gray había vuelto a small heath.
Estaba muy emocionada por la pelirroja.
—Mi amor, dejemos que ellos resuelvan todo por si solos.. Veras que sabrán que hacer.—Él volvió apoyar sus manos de forma leve sobre la cintura de ella, alejándola un poco del garrison.
—¿Mi amor?—Pregunto con asombro y diversión por el repentino apodo. La tomo por sorpresa, pero sonaba tan bien que él la llamara de esa forma tan calida.
La hizo sentir feliz.
—Vayamos a tu casa.—Propuso ignorando la pregunta de su chica por completo, para evitar ese tema de conversación.
—No vuelvas a decirme de otra manera, por favor. —Pidió con una sonrisa antes de dejar un beso en la mejilla del contrario y comenzar con su camino a casa.
—No pienso llamarte de otra manera, lo prometo.
—¿Puedo llamarte así también? Mi amor, suena cursi y muy lindo.—Lo miro con una sonrisa mientras caminaban juntos.
—En publico evita llamarme de esa forma, tengo que mantener una imagen.—Comento con diversión haciéndola reír.—En privado puedes usar todos los apodos cursis que se te ocurran.
—Se me ocurren demasiados, pero mi favorito sigue siendo mi amor. Te llamare así, siempre. Porque eso eres para mi, mi amor.
—Estamos en publico, deja de llamarme de esa manera.—Pidió evitando la mirada de la pelinegra, no pudo ocultar su sonrisa durante mucho tiempo.
