CHAPTER 17

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

Sus ojos oscuros miraron fijamente aquel ataúd de madera oscura que pasaba delante de ella. Las lágrimas no cayeron en ese momento y no entendió porque, no era que no le doliera, ni que no la quisiera, pero simplemente no sucedió, no lloro esa tarde en el funeral de su madre y se sintió extraño.

Esperaba que su madre la entendiera y no la juzgara.

Sintió la presencia de aquel hombre a su lado, él no dejaba de llorar desde esa mañana de una forma muy exagerada, le daba asco.

—Ella estaba mejorando mucho, antes que llegaras tú.

—¿Intentas decirme algo?—Le consulto controlando la irá que sentía en esos momentos, ¿como era capaz de culparla de eso? Si tan solo entendiera que su madre supo que ya podía descansar, que en su ausencia iba a estar todo bien.

—No te hagas, sabes muy bien de que estoy hablando skye.—Contesto limpiando sus lágrimas.

—Si ella se encuentra bajo tierra en estos momentos, es solo por tu culpa. No intentes inculpar a otros, para así tener menos cargo de conciencia.—Le recalco aquello antes de irse de aquel "cementerio".

Pequeñas gotas de lluvia comenzaron a mojar su chaqueta y eso la hizo apresurar su paso. Sintió el ruido de unas botas hundirse en el barro, pero no se giro y solo siguió.

Camino durante veinte minutos, alejándose de la casa. Se adentro al burdel, llamando la atención de las mujeres presentes. La miraron, con miedo.

—Soy skye.—Hablo teniendo la mirada de todas las chicas sobre ella, quedaron en silencio, hasta que una mujer aparecio de la parte de atrás del lugar.

—Lamento mucho tu perdida.

—Tiana, que gusto es poder verte de nuevo.—Le sonrio ligeramente, viendo a la jefa del burdel.

—¿Qué haces aquí?—Se acerco a la joven, bajo la atenta mirada de todas las chicas.

—Vine a ayudar. Terminar el trabajo de mi madre, que puedan ser libres de una vez por todas.—Murmuro y todas las chicas la miraron con ilusión.

Tiana, río. Se acerco a la joven y la abrazo—Dejame decirte algo, muñeca. Ya veras, como termino tu madre cuando se quiso meter con mi trabajo... No seas como ella.

—No me asustas. Deberia darte asco tener a estas niñas secuestradas aquí, podrian ser tu hija, ¿La recuerdas?—Contesto.

Las puertas del burdel se abrieron, dejando ver a un hombre. Tiana se alejo y metio a las jovenes en un cuarto.

El contrario se abalanzo contra la pelinegra, tomándola por el cuello, pegándola contra la pared.

—No debiste volver, lucia.

Escupió tiana, con asco.

Sus pies no tocaban el piso, con desespero busco el arma en su cintura y a duras penas, pudo agarrarla y dispararle en el abdomen al hombre, cayendo al piso con él.

Se escucho el grito de las chicas.

Con las piernas temblorosas, se levanto.—Como me lleve a cassy, me las llevare a ellas.—Aseguro mirando a tiana. Apunto el arma y disparo, terminando de matar al hombre que se quejaba en el piso.

—¿Tú sola?

—Yo nunca estoy sola, tiana.

La puerta del burdel fue abierta nuevamente, dandole paso a polly gray.

—Disparale.

Skye, obedeció.

Polly desde el primer momento estuvo dispuesta a ayudarla con todo, gracias a ella todo eso era posible.. Porque sola no hubiera podido.

—Bien hecho, preciosa. Esto es solo el comienzo.—Dejo un beso en el hombro de la joven antes de pasar al cuarto donde estabas las demás.

Suspiro dejando caer unas lágrimas.

Ella habia estado toda su infancia metida en uno de esos lugares, sin haberlo decidido y poder ayudar a esas chicas, le daba paz. Era solo el comienzo, porque ese hombre tenia muchos de esos burdeles.

—Polly.. Necesito hacerlo..

Ella negó.—No es el momento. Ya llegara y lo mataras, lo prometo. Pero ahora, tenemos que irnos.

Gente de polly estaba con ellas, para ayudarlas con el traslado de las chicas y por si las cosas se ponian feas, cosa que era poco probable, porque nunca había guardias ahí y skye, lo tenia muy bien estudiado.

Su madre le habia dejado toda la información necesaria, en una pequeña libreta.

No creían que una adolescente, fuera capaz de todo eso.

—Gracias, pol.

—Vamos a casa.. Finn debe estar volviéndose loco.

Ambas se dirigieron al auto, listas para volver a casa, con el trabajo hecho, pero no terminado.

—Finn.. —Susurro ella, llevándose la mano al collar que le había regalado el menor de los shelby, dándose cuenta que no lo tenia.

—Tranquila, él va a comprarte muchos más.








LUNARES - FINN SHELBYWhere stories live. Discover now