Décimo primer acto

14.9K 991 1.1K
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La salida al pueblo no fue al día siguiente, ni al siguiente de aquel, ni durante los siguientes tres días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La salida al pueblo no fue al día siguiente, ni al siguiente de aquel, ni durante los siguientes tres días.

No se pudo debido a unos artículos de prensa rosa que hablaban de demandas y amenazas de parte del equipo de Harry a Jessie Corton y el escándalo que estos desataron nuevamente. Un desastre que aunque habían previsto, igual los llenó de trabajo y Louis – en un intento desesperado por mantener a Harry a salvo – había tomado en sus manos todas las responsabilidades, impidiendo al actor involucrarse y pasando los días encerrado en el estudio, en constantes reuniones y perdiendo la paciencia más veces de las que se podían contar, si sus gritos furiosos atravesando el lugar eran un indicio.

Fue su primera gran pelea desde que habían empezado su intento de relación.

Harry creía que al ser el afectado tenía que estar presente y ayudar; Louis, por otro lado, estaba convencido de que podía manejarlo solo y dejar a Harry involucrarse solo empeoraría la situación. A pesar de que el hijo dorado de Hollywood confiaba con su vida en su asistente y era consciente del maravilloso trabajo que este realizaba, la estela de preocupación por el castaño y su orgullo herido por el trato grotesco de este, sacaron a relucir su temperamento.

No fue una muy buena combinación, porque Louis – terco como él solo – no se quedó atrás y con la misma pasión con la que aquella mañana de martes lo había besado, explotó con toda la fuerza que la tensión retenida le otorgaba.

El resultado de aquella diferencia de ideales fue una pelea a gritos que alarmó incluso a Yavok y Hunter – que con los nervios al límite, trataban de mantener un poco de calma en medio de aquel huracán –, cargada de insultos y palabras hirientes que eran escupidas con ferocidad de ida y vuelta, y que terminó con portazos que estremecieron la casa y sus corazones.

Harry, que durante toda la disputa había sido el que había mantenido un poco más de control sobre sí mismo, salió al patio trasero de la mansión, respirando agitadamente y con los ojos brillantes por la más cruda furia.

—Ese pedazo de mierda tan solo...—gruñó frustrado, dando vueltas sobre su mismo eje y tratando de soltar fuera toda su rabia, antes de que su ira lo llevara a un lugar del que no podría volver sin desgastar sus rodillas en lamentos.

Hate you, love me [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora