Dante...
Las noches aun seguían siendo un martirio para mi, porque dormido en mi cama. Me encontraba con mi peor enemigo, sueños en los que aun sufría y de los que no podía salir fácilmente.
Pesadillas, una que constantemente volvía a mi cada vez que me encontraba solo. Era el temor a que mis hermanos fueran alejados de mi, siempre despertaba gritando, pero al hacerlo esa vez Izan no estaba a mi lado.
Me encontraba en la gran habitación, oí pasos apresurados y tape mi boca pensando en que quizás había hecho enojar a nuestra dueña y vendría a recibir una reprimenda.
Abrieron la puerta y trate de volver a fingir que dormía, alguien se acercó a mi lado y tocó mi cabello.
-Prometo no gritar, no me pegues- me giré en su dirección, pero me callé al instante.
La pelirroja parada frente a mi se veía angustiada -¿Te duele algo? -
Negué.
-Te oí gritar desde mi cuarto ¿Qué paso?-
-Yo...- me sentí avergonzado.
-¿Pesadillas?- indagó.
Asentí.
-También las tengo ¿sabes?- con su mano señaló un costado en el colchón como si pidiera mi permiso para sentarse, rápidamente dije que si y la vi sonreír.
-Perdón por despertarla- agaché la cabeza.
-No estaba durmiendo- analizo toda la habitación -últimamente tengo demasiadas pesadillas y creo que es mejor no dormir-
-¿Puedo hacer algo al respecto?-
Negó -Mi cabeza ya no tiene solución, pero quiero que sepas que, nadie te hará daño aquí-
Sentí la necesidad de abrazarla, de tenerla. No supe por que, simplemente la quería tener y cuidar de lo que fuera que la dañaba. Con un poco de duda me acerque a su lado y la rodee por detrás, con un poco de miedo al rechazo. -esta temblando- susurre en su oído.
-He tenido un poco de fiebre, deberías alejarte. Quizás puedo contagiarte-
Ella parecía no darle mucha importancia a su salud, y eso quedo mas que claro cuando mi hermano me conto que tuvo que llevarla a su cuarto dormida y totalmente empapada por la lluvia.
-Deje que la cuide-
Terminó reposando su espalda en mi pecho -no me trates de usted, solo soy Gianna-
-Me parece irrespetuoso tratar a mi dueña de manera coloquial-
-No soy tu dueña Dante, solo soy alguien que quiere ayudarlos- nos recostamos en mi cama, manteniendo una distancia prudente, en la que ella no intento nada. De un momento a otro, su respiración se volvió lenta indicándome que había caído rendida. Antes de cerrar los ojos, toque nuevamente su frente notando que ya no se encontraba tan caliente.
ESTÁS LEYENDO
Vendidos a la Killer Queen (✔✔)
Teen FictionEllos fueron objetos sexuales toda su vida, solo conocían de abusos y maltratos. Comprados por un desconocido, esperando la peor de las vidas. Ella solo quería compañía. Tal vez no fue la mejor manera, pero tenerlos evitaba que colapsara. Y se i...