Perdonarse

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Gianna

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Gianna...

El paso de los meses, en un abrir y cerrar de ojos. Estaba viajando en un avión, alejándome de esa casa, de la ciudad. El psicólogo me recomendó hacer un viaje para distraerme y que mejor oportunidad que tomar navidad para hacerlo. 

Los chicos se comunicaron con Lily, quien les comento que le parecía excelente el pasar navidad en su casa junto con sus dos hijos. Mi niño, quien estaba muy emocionado solo sonrio en todo el vuelo. 

Dante se acercó a mi asiento y me ofreció un zumo -¿Quieres?- 

Asentí y me lo bebí sin oponer resistencia. 

Cuando bajamos del avión y como era de esperarse, Tony nos esperaba. Al verme, solo camino hacia mi y me abrazo -no las puedo dejar solas, o mis niñas me van a abandonar- 

-Jamas te dejaremos de molestar- 

-Eso espero- se aparto viendo a mi hijo -¿Tu eres Lio?- 

-Hola- mi niño quien venía en brazos de Izan, saludo con su manito. 

El guardia de seguridad sonrió y sin más, nos subimos a los coches, siendo llevados a la villa de los Sokolov, quienes la habían construido para proteger a su reina y a sus dos príncipes. 

Todos nos esperaban en la puerta, al llegar, bajamos y el primero en venir a saludarme fue mi sobrino Milo acompañado de su pequeño hermanito, a quien traia de la mano. 

-Hola madrina- me agache y lo abrace. 

-Hola mi niño- 

-Oda tia- Neo elevo sus manitas, como si pidiera que lo alzara, y no pude negarme. Se parecia tanto a Lily, salvo por los ojos de sus padres. 

Mi mejor amiga, bajó las escalinatas y me abrazo -eres la mujer mas fuerte que he conocido- 

-Te extrañe- 

-Yo también- 

Ambas nos observamos, como si nos dijéramos todo tan solo con una mirada. 

Lukyan Sokolov vino por su esposa -Hola italiana- 

-Ruso- 

-Sigues igual de horrible- 

-Lo mismo digo Sokolov- nos reímos el uno del otro. -¿donde esta mi sobrino mas lindo?- miro detrás de mi y Lio corrió a sus brazos -hola enano- 

-Tio- lo abrazo. 

-Estás gigante- 

Entramos a la casa, donde estuvimos un buen rato, mientras los niños jugaban y los chicos hablaban. Decidí acompañar a Lily a la cocina donde estaba preparando la cena junto a su esposo Vadim. 

-¿Cómo has estado Gia?- él me preguntó. 

-Bien- me apoye en el mármol de la mesada -unos días mejor que otros. 

Vendidos a la Killer Queen  (✔✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora