Ellos fueron objetos sexuales toda su vida, solo conocían de abusos y maltratos.
Comprados por un desconocido, esperando la peor de las vidas.
Ella solo quería compañía.
Tal vez no fue la mejor manera, pero tenerlos evitaba que colapsara.
Y se i...
De verdad... tomense el tiempo con este. Despacio y con cariño, además, si pueden.. acompáñenlo con la canción..
Se siente mas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Gianna...
Aun llevaba una férula en mi pierna, aunque el doctor que me atendía me recomendó que no saliera de casa. La recuperación venía bastante bien y pronto podría andar sin muletas. Habían pasado cuatro meses de ese día, y claro que necesitaba ir a verlo, necesitaba despedirme.
Me estaba terminando de colocar el vestido cuando un vago recuerdo llegó, recordé el día que lo conocí. Tenía seis años, estaba entrando al colegio y él se acercó con cara de matón a mi lado. Me tomo de la mano y con firmeza dijo.
-Desde hoy eres mi amiga, y te voy a cuidar siempre-
No supe que decir, pero tampoco lo aparte. Porque me sentía bien a su lado.
-¿Estas lista amor?- Victor entro al cuarto mientras estaba sentada en la cama, terminado de arreglarme.
-Si-
Sonrió y se acercó con unas muletas para que pudiera apoyarme -¿quieres que te baje en las escaleras?-
Negué -puedo hacerlo, voy a tener esto un mes mas, debo practicar-
Bajamos tardando mas de lo que había previsto, y en la primera planta ya esperaban Izan con mi hijo en sus brazos y Dante a un lado. Al verme los tres sonrieron.
-¿Cómo te sientes?- el menor de ellos me ayudo a bajar el último escalón -si te duele algo, debes decirmelo asi llamaremos al medico-
-Estoy bien- besé su mejilla -¿Nos vamos?-
Asintió. Queria ser fuerte, pero no pude contener las lagrimas y comenzaron a caer. Subí al coche, me abroche el cinturón mientras esperaba que Vic se colocara en el asiento de piloto. El camino al cementerio fue extremadamente lento, las calles me recordaban a él. Las veces que hice ese recorrido con su compañía, siempre estuvo ahí.
Toda mi vida, la viví con él.
Era un día muy lindo, el clima perfecto, la temperatura exacta. Todo parecía estar bien, pero no sabía la razón exacta por la que me parecía todo tan gris. Como si el mundo hubiera perdido su color y ya pudiera encontrarlo.
Llegamos al parque de descanso, donde Izan fue quien compró un ramo de flores, baje del coche lo más cerca posible y desde allí tuve que caminar, un camino diferente. Muy diferente al que hacía cada vez que iba a visitar a mi difunto esposo e hija, también un sentimiento diferente se alojaba en mi corazón. Como una pequeña ilusión de no encontrar esa placa, con su nombre.
De repente los chicos se detuvieron -amor, es aquí-
El aire abandonó mis pulmones de golpe, haciendo que soltara un suspiro de decepción. -¿Es aquí?-
