Ellos fueron objetos sexuales toda su vida, solo conocían de abusos y maltratos.
Comprados por un desconocido, esperando la peor de las vidas.
Ella solo quería compañía.
Tal vez no fue la mejor manera, pero tenerlos evitaba que colapsara.
Y se i...
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Izan...
-NO CIERRES LOS OJOS, AMOR- Dante la sostenía en brazos mientras Víctor cargaba como podía a Mike en el coche y yo llevaba a Lio a sentarse en el asiento delantero. Le coloque el cinturón y salimos sin pensarlo al hospital.
-Mike-susurro.
-Esta aquí rojita, vamos a que los vea un medico- Victor tartamudeaba -solo...solo no duermas, necesito que te quedes con nosotros-
A nuestra espalda, la casa se incendiaba, con Greg y todos los recuerdos juntos.
-Mike- escucha atrás como llamaban al pelinegro.
-Gia, Gia amor- mi hermano menor se estaba derrumbando -Amor, mirame, mirame por favor-
-¿Mi mami?- el pequeño quiso voltear a ver hacia atrás.
-Veme a mi, solo a mi- le pedí -llevaremos a mami y a tio a curarse ¿si?-
Sus ojitos grises se llenaron de lágrimas, pero asintió valientemente.
-Ese es mi niño, ellos van a sanar- apreté el volante mientras pasaba luces en rojo -Van a estar bien, ella y él son fuertes. Lo son- trataba de creerme eso, para no tirar todo por borda.
Al llegar a la clínica, baje corriendo y fui directo a su lado, abri la puerta y la tome en mis brazos.- Gia-
No respondió.
Entre al lobby gritando -AYUDA, NO RESPIRA...LE, LE DISPARARON Y A MI AMIGO- un montón de médicos llegaron, al igual que enfermeros -ELLA NO SE DESPIERTA- caí al suelo de rodillas, viendo la sangre en mi ropa.
Ni siquiera sabía cuántas horas llevaba en ese cuarto, el sol y la luna se volvieron cosas que no había visto en un buen tiempo y ni hablar de saber el día exacto de la semana en la que nos encontrábamos. Simplemente, todo me era ajeno desde que ella cerro sus ojos. Alguien abrió la puerta que daba al pasillo y una enfermera ingresó con una bandeja.
-Buenos días-
-Buen día- asentí, sin quitarle la vista a la pelirroja que descansaba en la camilla de esa clínica. La mujer se acercó al otro lado y comenzó a llenar las jeringas con medicina que se le colocaban continuamente, luego dejo la charola en una pequeña mesa y bajo un poco la sabana, para corroborar las heridas y como iban sanando. -Has sanado bien pequeña- le hablo, aunque no le respondiera.
-¿Esta mejor?-
Ella asintió mientras comenzaba con los masajes musculares que servían para evitar el atrofiamiento de los miembros. -Es una chica muy valiente, seguramente despertará pronto.-
-¿Cree que lo haga?- mi voz se quebró, solo necesitaba que alguien más lo creyera, quería pensar que no estaba loco. Necesitaba una esperanza, aunque fuera falsa.
-Hablale, pídele que se quede.- la mujer me sonrió -ellos escuchan y te puedo asegurar que si tiene un motivo para quedarse, ella lo hará-
Me dejo de nuevo solo con la pelirroja, me pare de la silla y acomode su cabello un poco -Sabes, Lio viene todos los días, dice que quiere verte- siempre me senti atraido a su rostro tan angelical-ayer regresó del colegio y te dejo una carta, mas bien un dibujo.-la tome de un mueble que había al lado de la cama, colocándosela enfrente -eres tú y él, y Mike-
Un nudo atravesó mi garganta -Te necesita Gia, nosotros...-
La puerta se volvió a abrir dejando entrar a mis hermanos y al pequeño, él corrió a mi y me pidió que lo alzara para ver a su madre -Dile hola- bese su cabecita.
-Hola mami- movió su manita -¿está dormida?- me susurro.
-Mhm, está aún muy cansada-
-Lleva muchos días cansada, ¿cuando va a despertar?-
-Pronto- Dante se puso a su lado, viéndola con amor -mamá volverá y nos iremos a la playa ¿lo recuerdas?-
-Si- asintió contento.
-Vamos a ir a descansar- los ojos de mi hermano se volvieron brillosos -solo despierta, pequeña-
Victor, por el contrario. Solo la veía desde lejos, tenía miedo de dañarla, tenía miedo de tocarla que fuera solo un espejismo.
Pasamos la tarde allí, hasta que Dante me convenció de ir al departamento a ducharme y regresar mientras Vic la cuidaba. A regañadientes lo hice.
Al estar bajo la lluvia artificial, las lagrimas desbordaron mis ojos, mientras apoyaba un brazo en el azulejo -Por favor, solo déjame verla de nuevo- solloce, como hacía mucho no lo hacia -solo déjala conmigo, te he dado todo siempre. No me la quites, no a ella-
Cuando sali, Dante estaba recogiendo todo rapidamente -¿Qué pasa?- pregunte asustado.
-Corre, ha tenido una recaída. La están tratando de estabilizar- salimos a toda marcha, y hasta olvidé que iba descalzo.
Al estar frente al hospital, baje corriendo mientras aun el coche estaba en marcha, me interne en el edificio rápidamente, necesitaba estar ahí.
-MALDICIÓN, SÁLVENLA- Victor estaba siendo retenido en el pasillo mientras gritaba y quería entrar al cuarto. -SUÉLTAME- se movía desesperado. -GIANNA-
Al ver eso, y ver un tipo que quería hacer lo mismo conmigo. Lleve la mano a mi espalda mostrándole un arma -muévete, o te vuelo los sesos-
-Señor, los médicos están trabajando-
-QUE TE MUEVAS- grite.
El tipo asintió dejándome pasar, mientras el otro soltaba a mi hermano y los dos entrábamos, justo en el momento que los doctores descargaban en su cuerpo 300J, estuvieron asi un par de minutos hasta que el aparato mostro signos vitales.
-Estabilizada- uno se volteo a vernos -ella esta bien-
No me importo nada, los empuje y me puse a su lado, con todo en mi temblando -Amor- la mire concentrandome en su respiración, en el bajar y subir de su pecho.
-No me obligues, me costo una vez.- sostuve su mano.
La gente alrededor solo nos miraba
-Una segunda no podre, no podre olvidarte de nuevo-
Si pudiera cambiar mi vida por la de ella, sin pensarlo se la vendería al diablo solo por dejarme ver sus ojos una última vez. Mis hermanos solo lloraban, siendo los únicos sonidos que se oían en todo el lugar.
-¿Olvidarme?- sus voz débil, me devolvio la vida.
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