Ellos fueron objetos sexuales toda su vida, solo conocían de abusos y maltratos.
Comprados por un desconocido, esperando la peor de las vidas.
Ella solo quería compañía.
Tal vez no fue la mejor manera, pero tenerlos evitaba que colapsara.
Y se i...
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Dante...
Faltaba una semana exacta para mi graduación de la escuela de leyes, y definitivamente me sentía mal. Sabia que tenia que estar contento porque había logrado cumplir mis metas y sueños. Pero, ¿cúal había sido el precio que pagué?
Era un demasiado alto, el no tenerla ahí para mi. Era algo que hubiera cambiado por mil títulos de posgrado.
Sali de la clase de consulta que tenia, y me acerque hasta el estacionamiento donde me esperaba Mike fuera de su coche. Al verme, dejó su móvil y levantó la mano para saludarme e hice lo mismo.
-¿Cómo te sientes?- sonrió al tenerme frente a él. -¿Estás preparado para esto?-
-Si, algo nervioso. Tengo que venir el resto de la semana para terminar de preparar todo y luego, sera el final- subí al coche.
Él me siguió tomando el asiento de piloto-Wow, parece que fue ayer cuando te traje y vi como te temblaban las piernas el primer día-
Bufé -en mi defensa, era la primera vez que entraba a un campus universitario y veía tantas personas nuevas-
-Como digas- se burló.
Mi rutina era totalmente aburrida, en las mañanas me la pasaba en una cafetería cerca de la universidad donde estudiaba; en la tarde asistía a mis consultas con un profesor y cerca de anochecer, alguno de mis hermanos me venia a recoger, o Mike.
A veces simplemente, conducía por mi parte, pero últimamente no lo estaba haciendo porque me encontraba demasiado cansado y temía provocar un accidente de tránsito como consecuencia de quedarme dormido al volante mientras regresaba a casa.
Si lo miraba del lado de un estudiante, cualquiera en mi lugar diria que era un tipo aplicado que se estaba esforzando porque quería recibirse. En cambio, si debía decir mi verdad, solo mantenía mi cabeza ocupada con cualquier cosa porque volver a casa y no verla, me estaba matando poco a poco.
Claro que intente quitarmela en esos cuatro años, conocí gente nueva, me llene de actividades para no pensar y hasta salí con otras mujeres. Pero nada funcionó, y por una simple razón.
Nadie iba a ocupar su lugar, jamás.
Mientras estaba en la cafeteria, una compañera se acerco a mi mesa -Hola, ¿me recuerdas?-
Asenti volvio a ver la pantalla de mi portatil. - Estamos juntos en las tutorias.-
-Wow, si me conoces. Eres tan reservado en clase- se sentó sin ser invitada -¿Estas preparando todo? Yo creo que no voy a lograr terminar todo para el viernes, me siento demasiado nerviosa. Los demás están igual que yo, al parecer tu eres el único tranquilo con esto-
-Si estudias, todo se dará de manera natural-
-¿No estas nervioso?- tomó aire, preparada para continuar con su monólogo -siempre te veía desde mi asiento. Suena acosador pero no lo es, quiero decir. Eres sumamente guapo y ademas, inteligente. En fin, ojala pudiera conocerte mejor y asi verias que no soy tan mala, yo..- conocía su trayecto en el campus. Se acercó a mi cuando vio que mis hermanos y yo teníamos dinero.
