•Capítulo 4•

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Ya era casi mediodía, Sage y Reyna iban a muy buen ritmo, justamente iban hablando sobre eso, de que si no se encontraban con algún percance en el camino, llegarían antes de lo previsto. Pero a veces pasa que justo cuando hablas de algo así, algo malo pasa y esta no fue la excepción.

– Majestad, tenemos un enorme inconveniente – Habla Jett por el comunicador.

– ¿Qué ocurre? – Responde Sage deteniendo sus pasos, ella y Reyna se miran esperando a que la chica hable.

– Logro ver un campamento frente a nosotros, creo que son de los tipos que están robando la radianita para crear algún tipo de arma.

– ¿Cuantos son?

– Solo alcanzo a ver a unos cinco, pero pueden ser más, no alcanzo a ver el campamento completo.

– Y nosotros somos cuatro – Responde Reyna quitándole importancia.

– Pero tienen armas de radianita – Sage parecía más preocupada que Reyna por las armas.

– Y nosotros somos Radiantes, si nos alejamos ahora para evitarlos, agregaremos al menos un día más al viaje, además, nadie nos dice que no tengan centinelas repartidos por los alrededores, en ese caso la batalla es inevitable.

– Disculpe que la contradiga, reina Sage, pero creo que en esa ocasión estoy del lado de Reyna, no parecen tener mucha practica con las armas, estas tampoco se ven bien terminadas y no parece haber ningún radiante con ellos. Si evitamos la lucha ahora, después puede ser aún peor – Al escuchar a Jett, Reyna asiente mirando a Sage.

– O sigamos avanzando y tal vez nos ignoren, de todas formas, no te dejaré morir, es tu turno de confiar en mí – Reyna extiende su mano hacia Sage, quien con un suspiro toma la mano de Reyna, aceptando el plan.

– Bien, sigamos avanzando, ustedes dos, manténganse alerta, nosotras con Reyna seguiremos el camino acordado, puede ser que nos ignoren, como dijo Reyna.

Siguiendo el plan de Reyna avanzan, Reyna no soltaba la mano de Sage, cosa que la monarca agradece, no porque tuviera miedo, más bien porque la morena le daba la confianza que estaba necesitando en ese momento.

Después de poco andar, ambas logran ver el campamento, era una fortificación precaria, hecha de madera y muy mal construida, parecía que en cualquier momento se iría abajo. Siguen caminando cuando un hombre fornido las detiene.

– ¿A dónde creen que van? – Pregunta el imponente hombre que cargaba un arma de grueso calibre en sus manos.

– Vamos a Telivat – Responde Sage.

– ¿A si? pues de aquí no pasarán.

– ¿Y quien nos lo va a impedir? ¿tú? – Pregunta con ironía Reyna.

– No deberías hacerme enojar, preciosa, no sabes de lo que soy capaz.

– No debiste llamarme así, basura.

Reyna suelta la mano de Sage y se abalanza sobre el hombre, derribándolo con solo un golpe, el hombre quedó tendido en el piso, pero el estruendo alertó a los demás que estaban dentro del fuerte.

– Saca tu arma, tendremos un poco de acción – Le dice Reyna a Sage, quien de inmediato obedece – Atentos ustedes dos.

En la mano de Reyna aparece una bola púrpura que parecía el ojo de un gato, ya no había opción de huir, por lo que tendrían que entrar y acabar con ellos. Reyna arroja el ojo al aire, dejando a todos confundidos y cegados, desenfunda su arma y uno a uno va acabando con ellos, la precisión de la duelista era envidiable, no fallaba un tiro, pronto los cinco hombres que había visto Jett estaban en el piso.

Púrpura y calypso (Reyna x Sage) (ReyGe)Where stories live. Discover now