•Capítulo 26•

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Las lágrimas de Reyna corrían por sus mejillas, se había dejado caer de rodillas al lado del cuerpo de Sage para tomarla entre sus brazos, siente algo extraño, conocía cada centímetro del cuerpo de Sage y esta se sentía como una completa extraña ante su tacto.

– Algo es diferente, llevemosla al palacio – Reyna se limpia las lágrimas y toma en sus brazos el cuerpo inerte de Sage.

Las tres en silencio se suben al vehículo, es Killjoy quien lo conduce de vuelta al palacio, no tardan mucho, al llegar, Reyna toma nuevamente el cuerpo de Sage, y se baja, juntas caminan hacía el palacio, a la primera persona que ven es a una empleada, la cual grita horrorizada al ver a su majestad en los brazos de la morena. El grito se escucha por casi todo el palacio, llegando a los oídos de las personas que estaban en el laboratorio. Reyna, Killjoy y Neon se encaminan al laboratorio, ven asomarse a Lucía y Viper, las cuales quedan perplejas al ver a Reyna cubierta de su sangre y la de Sage. En cuanto una tercera persona sale del laboratorio, los ojos de Reyna no lo pueden creer, estaba ahí frente a ella, Sage, su Sage, sin siquiera pensarlo, deja caer el cuerpo que llevaba en sus brazos y corre a abrazarla, dejando que sus lágrimas nuevamente rueden por sus mejillas.

– Estás viva, maldita sea, sentí que moría al verte muerta – Sage había correspondido a su abrazo, la voz de Reyna sonaba débil y, de un momento a otro, se desmaya, cayendo en los brazos de Sage, la cual con cuidado la deja en el suelo.

Unas cuantas horas más tarde, Reyna se despierta, estaba en la habitación de Sage, abre los ojos y rápidamente se incorpora, a su lado en una silla, estaba dormida Sage, Reyna siente su mano cálida y era porque Sage la estaba tomando. Ante el movimiento, la monarca se despierta, regalándole una sonrisa a Reyna.

– Despertaste – Comenta sentándose a su lado.

– Y tú estás viva – Las lágrimas amenazaban con volver a salir al sentir el peso extra a su lado.

– No voy a morir, si lo hago ¿Quien va a cuidar de tí? – Pregunta Sage acariciando suavemente el rostro de la morena.

– Tonta, no sabes lo que sentí al verte morir.

– Lo sé, lo sé perfectamente, lo viví una vez, ¿Recuerdas? – La morena asiente al recordar la vez que ella había muerto.

– Se sintió horrible, no quiero volver a pasar por eso nunca más.

– Que yo sepa, solo quedo yo, así que no lo volverás a pasar, lo prometo – Sage junta su frente con la de Reyna, la morena cierra sus ojos disfrutando de la cercanía y de su dulce aroma.

La escena era bastante cursi, ambas estaban con los ojos cerrados y sus frentes juntas, Reyna se destapa y lleva sus manos a la cintura de Sage y, con la fuerza que la caracterizaba, la levanta, dejándola acostada al lado contrario de la cama, pone ambas piernas a los costados de la monarca y se apoya en sus manos, las que descansa a los costados de la cabeza contraria, se inclina acortando la distancia entre sus rostros, quedando con sus labios a pocos centímetros de distancia, la monarca se prepara, cerrando sus ojos y abriendo su boca, la morena sonríe, ambas sabían lo que ahí pasaría, pero antes de que sus labios se unan, las interrumpe un golpe en la puerta, reyna se detiene y frunce el ceño ante la interrupción. Antes de preguntar quien era, la puerta se abre, revelando a Viper del otro lado.

– ¿Acaso no puedes esperar, maldita psicópata? – Reyna no se había movido ni un centímetro, solo había volteado el rostro, bajo ella, Sage estaba completamente avergonzada al ser atrapada.

– No se me dió la gana, pensé que seguías dormida – Responde Viper con indiferencia.

– ¿Tienes alguna noticia? – Pregunta Sage sonrojada hasta las orejas, Reyna se incorpora quedando sentada en las piernas de la monarca.

Púrpura y calypso (Reyna x Sage) (ReyGe)Where stories live. Discover now