•Capítulo 10•

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Reyna y Sage estaban sentadas sobre la torre de vigilancia, sus pies colgaban de la plataforma, Reyna estaba apoyada en el hombro de la monarca procesando la información que había recibido de Viper.

– Reyna, no estás dormida ¿O sí? – Pregunta Sage mirando de reojo a Reyna.

– No, no estoy dormida, estoy atenta, pero también pensando mucho.

– ¿En lo que te dijo Viper de tu hermana?

– En eso mismo – suspirando se endereza y mira a la pelinegra, se veía algo triste – Todavía no entiendo porque no confió en mí, es verdad que estuvo bien rara en su momento, eso es lo que me tiene más pensativa, ¿Cómo fue que no me dí cuenta? o sea, después de la explosión ella vivía encerrada, cuando nuestros padres murieron, también estaba extraña, pero pensé que podrían ser cosas de la edad, las pocas veces que hablamos, me decía que envidiaba mis poderes y le gustaría tener unos como los míos, cuando para mi fue como una maldición.

– Tal vez tenía miedo, así como tú te sientes como un monstruo por tus dones, quizá para ella fue peor, aún no sabemos qué tipo de poderes tiene.

– No sé... – Reyna niega mirándose las manos – No sé si es mejor creerle a Viper o ignorarlo y seguir pensando que algo malo le hizo, no se que me tranquiliza más, es que... – Suspira pesadamente volviendo a mirar los ojos cafés de Sage – Viper le hizo daño a tanta gente, ¿Por qué confiaría más en ella que en mí?

– Eso no lo sabremos, al menos, no por ahora.

– Lo sé – Suspira pesadamente para luego apoyar su cabeza nuevamente sobre el hombro de Sage.

Habían pasado un par de horas en aquella torre, Viper había ido a dar una ronda al perímetro pero solo había encontrado a los soldados que las relevarían.

– Por fin, muero de hambre – Comenta Sage al ver a los hombres que se harían cargo de las vigilancias a partir de ahora – Reyna, te dormiste – Regaña a la morena quien estaba acostada en el suelo con su cabeza sobre el regazo de la pelinegra.

– ¿Cómo no lo iba a hacer si me hacías cariño en el cabello? – Se endereza y se pone de pie en cuanto escucha a su superior – ¿Vamos a comer? – Pregunta tomando la mano de Sage para ayudarla a ponerse de pie.

Al bajar de la torre estaba esperandolas Viper, así juntas se dirigen al palacio.

– ¿Cuál es tu comida favorita? – Pregunta Sage caminando a un lado de Reyna, a su otro lado tenía a Viper.

– Pasta – Responden Reyna y Viper al unísono.

– Wao, ¿Tu fruta favorita? – Pregunta ahora mirando hacia el frente.

– El mango – Nuevamente responden las dos – ¿Puedes cerrar tu puta boca? – Reyna se dirige a Viper con su ceño fruncido – Me están preguntando a mi, no a tí – Ofuscada Reyna se adelanta, dejando a las dos atrás.

– Tu le gustas mucho, así que si la cagas, yo estaré para consolarla – Viper le dice en voz baja a Sage – Así que no la cagues.

– ¿Cómo sabes eso? – Sage miraba la figura de Reyna delante de ellas.

– La conozco bien, si no fuera así, no te hubiera dejado tocarla ni en un millón de años, ni siquiera un cabello – Sage se sonroja recordando lo que había pasado en el bosque – Además, es muy desconfiada, cuesta ganarse su confianza, pero en ti confía ciegamente.

– ¿Se pueden apurar? Me muero de hambre – Reyna se había adelantado bastante, al escucharla, Sage apura el paso para alcanzarla.

En cuanto llegan al palacio, Yoru las estaba esperando, para indicarles que Brimstone las quería lo antes posible en su oficina, las tres se miran con extrañeza y van directo a la oficina del hombre. Lo primero que ve al entrar a la oficina, es a los dos monarcas enemigos, atados en unas sillas y sus costados, sus secuaces.

Púrpura y calypso (Reyna x Sage) (ReyGe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora