Cobarde.

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Todos estaban en la habitación de N. Llevaba ingresado ya casi un mes, y pronto le darían el alta. Eran incontables la cantidad de flores, cartas, peluches y más cosas que había recibido de las fans. Pero no solo él, todos nosotros. Eran multiples los mensajes de apoyo y fuerza los que nos mandaban. Todo sería perfecto, si no fuera por mi. Si, yo, ese estúpido que siempre anda metido en mierda. No miento cuando dije que todos iban a verle, todos menos yo. No tenía el valor suficiente para entrar en esa habitación y verle. Hablarle. No sé la de veces que me he quedado en frente de la puerta, sin llegar a tocar. O las horas que he pasado en el pasillo del hospital, debatiendome en entrar o no. Y siempre, siempre, cuando pienso que puedo... me tiemblan las piernas. Y es muy simple lo que me pasa. Miedo. Tengo miedo. Todos, absolutamente todos, me han repetido en este mes que no es mi culpa. Yo no soy el culpable del disparo de N, ni de su condición.

Pero a pesar de todas esas palabras, la culpabilidad no desaparece. Y es que me es inevitable no sentirme así. Fui yo el que se enfadó con él sin motivo, fui yo el que provoco la situación. Y fui yo el que no pudo parar esto. Me sentía una pura mierda. No podía ni pensar en que diría N de mi. Si me odiaba o no. Todo eso era lo que me impedía entrar en esa habitación. Ravi y los demás lo sabían, e intentaban animarme, pero de nada servía.

Una noche, de las muchas que no conseguía dormir, mi mente empezó a torturarme. Me giré en la cama, y vi el cuerpo dormido de _______. Su pecho subía y bajaba lentamente, sus ojos estaban perfectamente cerrados, y su cabello adornaba la cabecera. No se por cuanto tiempo estuve mirandola. A veces me preguntaba como era capaz de soportarme, o como era que podía llegar a amarla tanto. Ella nunca llegó a cuestionar mi comportamiento. Siempre me apoyaba y brindaba confianza. Dejandome llevar por los pensamientos, besé su frente con dulzura y salí despacio de la cama. No quería despertarla. Cogí los primeros pantalones y el primer jersey que vi, y me los puse. No me molesté en peinarme o ducharme. Y sin hacer ruido, salí de la casa. No me dí cuenta de hacia donde caminaba, absorto en mis pensamientos, hasta que me encontré en ese pasillo tan similar para mi. ¿Cuando fue que entré en el hospital? Miré a mi alrededor, había pocas luces encendidas. Eran cerca de la una de la madrugada, y todos los pacientes dormían. Escuché algunos ronquidos salir de algunas habitaciones. De pronto, estaba en frente de esa puerta. Otra vez.

Posé mi mano en el picaporte, tembloroso. Mi cuerpo temblaba. Mi mente gritaba que quería salir de allí, como sea, pero ya. Y a pesar de eso, mi cuerpo se movió solo, abriendo la puerta despacio. Lo que vi me paralizó. El estaba dormido, acurrucado, como siempre dormía. La habitación seguía llena de flores y peluches. Ya no tenía tantas sondas saliendo de su cuerpo, solo una en brazo, el suero. Ya no llevaba mascarilla. Había recuperado un poco su peso, y su piel volvía a tener ese tono moreno tan característico. Estaba solo, suponía que Ravi o Ken estarían con él. Pero luego recordé que comentaron que N no quería que se quedaran más noches con él, que no hacía falta. Caminé y me senté en la silla al lado de su cama. Le miré por un corto periodo de tiempo, y apoyé mi cabeza en la cama.

-Soy un maldito cobarde...

Y poco a poco me fueron pesando los parpados, hasta que me quedé dormido.

La presión de un dedo sobre mi megilla me hizo despertarme. Mantuve los ojos cerrados, me moría de sueño. Otra vez esa presión en mi megilla, y una risilla llegó hasta mis oidos. De repente recordé la noche anterior. ¡MIERDA!
¡ME HABIA QUEDADO DORMIDO! De repente, levanté la cabeza y me enderecé en la silla, alarmado. Miré a N asustado. Estaba sentado en la cama, con una hermosa sonrisa en su rostro. Su dedo seguía estirado en donde estuvo mi cara segundos antes. Y su móvil estaba en su otra mano.

-Esta foto me la guardo - dijo sonriente.

-¿Qué? ¡NO! ¡BORRALA! - grité alarmado. Las fotos que me hacía N siempre me asustaban.

Sácame de este infierno. (Leo y tú)Where stories live. Discover now