Pesadilla y Culpa

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Perth estaba recostado en su cama, aún vestido en las mismas ropas que había llevado a trabajar. Los eventos que habían sucedido hace unas horas, aún rondaban en su cabeza. Saint - asustado - desconocido - abrazo. ¿Por qué tenía que ser así? Después de haber sido indiferente y frío todos estos años, su corazón se derretía por alguien a quien acababa de conocer hace unas pocas semanas y ahora pareciera que lo pudiese quebrar en miles de pedazos. No podía dejar de pensar en Saint, estando en los brazos de alguien más.

Ya eran pasadas de la media noche y el sueño parecía haber abandonado a Perth, quien aún seguía conflictuado por sus propios pensamientos. Estaba recostado, mirando hacia el techo cuando escuchó un grito desgarrador, "¡¡¡Déjame!!! ¡¡Déjame en paz!! ¡¡Ayuda!! ¡¡¡Ayuda por favor!!!"

Se levantó de su cama abruptamente y salió disparado por la puerta de su habitación, corriendo hacia el cuarto de Saint. Golpeó la puerta con todas sus fuerzas, pero sólo podía escuchar sus gritos que provenían de atrás de la puerta.

Ya no pudo esperar más, así que empujó la puerta para abrirla, y al ver lo que se encontraba dentro, casi se quebró. Saint se encontraba sobre la cama, recostado, retorciéndose y gritando tan fuerte como podía, "¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡DUELE!!!" lágrimas salían de los ojos de Saint mientras seguía esforzándose por liberarse de una persona invisible de sus sueños.

Perth se apresuró a llegar a la cama, jalando al chico hacia sus brazos y trató de tranquilizarlo. "Está bien... estas a salvo... nadie puede lastimarte... aquí estoy... ssshhhh..."  Perth trató de calmar a Saint mientras lo arrullaba en sus brazos. Y parecía que estaba funcionando, ya que el chico comenzaba a relajarse en su abrazo. Después de un rato, pequeños sollozos podían ser escuchados y la respiración de Saint se normalizó.

Perth se alejó un poco de Saint y vio al chico frágil delante de él. Estaba cubierto en sudor, con las cejas fruncidas, y las mejillas cubiertas de lágrimas. Era un completo desastre. Perth se sintió culpable por el comportamiento que había tenido más temprano.

La culpa comenzaba a aumentar en su interior mientras recordaba la forma en la que se había comportado. ¿Acaso tenía que comportarse de esa manera, cuando él había sido quien había dicho que podían vivir su vida libremente después de su matrimonio? ¿Y que ninguno iba a interferir en la vida del otro? Entonces, ¿por qué es tan difícil para Perth ver a Saint con alguien más? ¿Acaso no había sido él quien había dicho que él estaba listo para terminar con ese matrimonio cuando Saint quisiera seguir adelante con su vida?

Perth se levantó de la cama y caminó hacia la cocina para obtener un bowl lleno de agua y una toalla limpia para remover el sudor de Saint. Abrió el refrigerador para tomar un poco de agua y encontró la cena intacta que había preparado Saint. Ahora se sentía aún más culpable porque Saint ni siquiera había comido nada.

Perth regresó al cuarto de Saint, con el recipiente en las manos y la toalla. Con toques gentiles, limpió a Saint y lo acomodó en las almohadas de la cama, para después cubrirlo con la colcha. Dando una última mirada a Saint, Perth salió de la habitación, cerrando la puerta con cuidado detrás de él.

Perth no pudo dormir durante toda la noche. No era porque no tuviera sueño, pero estaba preocupado por Saint. Se levantó de su cama a la hora habitual y después de terminar con su rutina mañanera, se fue a correr. Aún a pesar de que era fin de semana, él se iba a correr, ya que se había vuelto su rutina desde que estaba en la Universidad.

Cuando regresó de correr, Perth entró a la cocina para revisar si Saint estaba ahí. Al ver que ésta se encontraba vacía, Perth supo que Saint aún no se levantaba así que decidió ir a checar como estaba.

 Perth subió las escaleras y abrió ligeramente la puerta para ver si Saint ya estaba despierto. Perth dio un suspiro de alivio al ver que Saint seguía durmiendo plácidamente y caminó hacia su habitación para tomar un baño. Después de refrescarse, caminó hacia la cocina para preparar el desayuno, quería compensar el error que había cometido el día anterior.

Un matrimonio para atesorarМесто, где живут истории. Откройте их для себя