20- Renacuajo inquieto

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Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi al pequeño frente a mis ojos, entre los brazos de mi cuñada.
Me acerqué a ella, que me sonreía impecable, y estiré mi brazo para acariciar su pequeña mejilla.

Mi sobrino era el bebé más hermoso del planeta; con sus cachetes regordetes, su naricita en punta, sus ojitos marrones y su impecable overol tejido.

-Voy a pensar que estas más feliz de ver a Kian que a mi.- dijo Charlotte sonriendo.

-No te ofendas cuñada, pero si estoy más feliz de verlo a él.-

-Ni siquiera hacía falta que dijeras eso.- respondió obvia.

-¿Cómo es que has venido sin avisar?- pregunté. Mi sobrino soltó un pequeño quejido, que me hizo sonreír.

-Cassie y Fran querían conocer unos lugares juntos, así que los dejé en Time Square y vine para aquí. Se que tenías muchas ganas de conocer a Kian, y era injusto que seas la única que aún no lo conociera.-

-Ni lo digas, suficiente con que no soy la madrina...-

-Ya, no digas eso que me haces sentir mal.- se quejó Char, haciendo que yo ría.

-Solo bromeo, pero espero ser la madrina del próximo.- advertí.

-Pff si es que hay próximo, será dentro de muuucho tiempo.-

-Claro, espera y verás.-

Conociendo a Char y a mi hermano, no pasaría más de dos años para que tengan otro bebé. Aposté con Adeline, ella dijo que tendrán tres hijos, yo dije que tendrán cinco o seis. Ya veremos quién tiene la razón.

Ambas caminamos por la Universidad, ella no había tenido tiempo de venir antes, así que le di un recorrido mientras hablábamos de todo un poco.
Luego de un rato, nos sentamos y me dio la oportunidad de cargar a Kian.
Casi muero de un infarto; es que mi sobrino era tan pequeñito y frágil, me daba miedo sostenerlo mal o ser torpe, o que llore, o que no le guste. Enseguida me puse rígida.

-Relájate, un brazo por la espalda baja y la otra en la cabecita. No tengas miedo.- dijo mi cuñada, yo lo sostuve cómo me lo ordenó.

-Si, es fácil para ti decirlo, tienes todo más que claro.-

-¿Todo claro, yo? Estás loca, no tienes idea el terror que me daba sostenerlo al principio.-

-¿Enserio?- la miré.

-Sentía que se me iba a caer, o que le iba a hacer mal, me daba tanto miedo. No se nace sabiendo ser madre, se aprende... y yo aún estoy aprendiendo con Kian.-

Vi la dulzura en los ojos de Charlotte, cuando miraba a su hijo. Un poco me hacía recordar a Jared, cómo veía él a Char siempre, ese amor. Ese brillo en los ojos, cada vez que simplemente hablaba de ella; siempre había soñado tener alguien que me mirara de esa forma, toda la vida soñé con el verdadero amor para siempre. Ahora todo eso era tan lejano para mí, mi corazón estaba tan herido, que se había cerrado a cualquier posibilidad. Mi único amor, era mi sobrino.

-Eres una madre increíble Char. Jared y tú son los padres más lindos que alguna vez vi... después de los míos claro.- mi cuñada me sonrió y me tiro un beso.

-Oye, necesito un baño ¿por donde era?- pregunto mi cuñada, mirando hacia los lados.

-Te acompaño.- me ofrecí.

-No tranquila, quédate aquí con Ki. Yo voy y vuelvo.-

Le indiqué cómo ir al baño, y en segundos mi cuñada desapareció por el pasillo.
Kian y yo nos quedamos solos, y no se si fue buena idea.

(Des)Afortunados Amigos #2Onde histórias criam vida. Descubra agora