Capítulo 9.

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—Escucha bien porque voy a decirlo solo una vez.

Alexandra se encontraba arreglando su maquillaje delante del espejo. Esta volteó para verlo. Él seguía recostado en la cama desde que había terminado la llamada con Kihyun.

—Quiero saber todo sobre Kihyun en la cárcel, quiero saber si le sucede algo y quien fue el culpable de hacerlo, quiero saber si se alimenta bien, si duerme, si tiene amigos o si está solo, todo.

—¿Y qué recibo a cambio? - Preguntó como si nada de lo que dijo antes le importara.

Hyunwoo suspiró. —Haré todo lo que tú quieras.

La sonrisa de Alexandra le dió escalofríos. La observó guardando los maquillajes dentro de su bolso. El moreno vió como ella abría la puerta y le indicaba que la siguiera. Así fue. Atravesaron todo el piso, hasta llegar a las escaleras que los guiaban hasta la cubierta. El Sol estaba empezando a esconderse. La música era alta y habían parejas bailando en el centro. Otros solo estaban sentados en los sofás blancos, tomando copas preparadas en el bar pequeño que se encontraba en una esquina. La pelirroja lo llevó hasta el centro, quedando rodeados de las otras parejas. Esta lo acercó a su cuerpo y comenzó a mover sus caderas. Hyunwoo le siguió el juego con solo una cosa en su mente: Kihyun. Posó sus manos en la cintura de ella, y la empujó contra su cuerpo. Ahora, ambos movían las caderas al ritmo de la música. La mujer se volteó, su trasero rozaba las caderas del hombre. Hyunwoo odiaba admitir que le gustaba la forma en la que ella se movía. Luego de bailar unos minutos, la pelirroja lo volvió a mirar de frente. Esta vez, su mano izquierda estaba en la nuca y la derecha estaba en el pecho de Hyunwoo. Se acercó lo suficiente para besarlo. Fue un beso tan salvaje, era como si estuvieran compitiendo para ver quien se devoraba al otro primero.

—Alexandra - Se oyó por arriba de la música.

Los dos se separaron. La nombrada se limpió los labios, arreglando su lápiz labial todo corrido por el beso. Quien la llamó era Richard, el hombre que había conocido antes. Los miraba seriamente. Estaba solo, sin su acompañante. El hombre le hizo un gesto para que la muchacha lo siguiera. Hyunwoo se acercó hasta uno de los sofás vacíos. Se sentó allí, esperando a que la pelirroja volviera. No tardó mucho en aparecer.

—Necesito que hagas algo por mí - Le pidió ella cuando volvió. Se sentó arriba de él otra vez.

—¿Qué es? - Preguntó este, observando su ceño fruncido.

—Quiero que golpees al hijo de puta de Richard.

—Creí que él era tu socio - Dijo sin entender.

—Lo era hasta hace unos minutos. El idiota está enamorado de mí, siempre supe aprovecharme de eso pero ahora me vió contigo y no quiere seguir trabajando junto a mí.

—No puedo golpearlo, Alexandra, ¿qué hago si me delata con la policía? Al mínimo error, me meterán dentro de la cárcel.

—Bueno, quizás sea tu oportunidad de ver a tu noviecito.

Hyunwoo negó con la cabeza. Cuando estaban juntos, odiaba que fuera histerica y caprichosa. Por más que pasaron los años, ella seguía siendo igual. Investigó su alrededor. Su mirada se cruzó con la de un hombre. Richard. Lo desafiaba con la mirada desde un sofá que estaba casi al frente suyo. Hyunwoo no iba a golpearlo, pero sí iba a jugar con él. Lo observó fijamente.

—No voy a golpearlo, voy a hacerle algo peor.

—Cuentame - Pidió ella al instante.

Hyunwoo le puso su dedo índice sobre sus labios, indicando que se callara. La misma mano la llevo hacia su falda. Siguió mirando a los ojos a aquel hombre, aunque los de este seguían su mano recorriendo el cuerpo de la pelirroja. Adentró su mano en la falda, sintiendo la suave piel de sus muslos. Recorrió sus muslos hasta llegar a su trasero, el cual apretó con fuerza. Alexandra soltó un jadeo repentino. Hyunwoo no le dió importancia. Ahora mismo, solo le interesaba la rabia que Richard parecía contener. Notó que sus manos estaban cerradas en puños y su mandíbula estaba apretada. Estaba furioso. Al moreno se le ocurrió algo mucho mejor. Con su mano libre, jaló el cabello de Alexandra, tirando su cabeza un poco hacia atrás. Comenzó a besar su cuello.

Máxima Inseguridad // ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora