Capítulo 11.

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—¿Dónde está mi teléfono? - Preguntó Jooheon en el mismo instante que Kihyun puso un pie en la celda.

No respondió. Se sentó en la cama y se quitó las zapatillas. Jooheon se movió con velocidad. Le tomó el cabello y jaló su cabeza hacia atrás.

—¿Donde está mi teléfono? - Volvió a preguntar.

—¿Por qué crees yo lo tomé? - Se quejó el pelinegro, intentando soltarse.

—Tú eres el único que lo pudo tomar de mi pantalón, dime donde está.

—¿Para qué lo quieres?¿Para qué te sigan dando órdenes?

Kihyun sonrió cuando la mano de Jooheon lo soltó. Había dado en el clavo. Sabía que a este le molestaba tener que hacer lo que Alexandra le dijera.

—Entonces sí lo tomaste - Suspiró con los brazos cruzados.

—Claro que lo hice, necesitaba saber que demonios quería ella conmigo, y lo he averiguado.

—No sé que tienes de especial para ella pero aquí estoy cuidándote como si fueras un bebé.

—¿Me cuidas pero me haces participar en una pelea clandestina?

—Todos los del grupo participaron en una, no podía dejarte fuera sin que los demás se enojaran y pusieran en mi contra.

—Después de todo este tiempo, nadie me ha atacado, no creo que necesite protección.

Jooheon comenzó a reírse. —¿Crees que nadie ha intentado atacarte? Kihyun, tengo que estar todo el dia merodeando a tu lado, porque ya lo han intentado dos veces. Tampoco puedo amenazar a todos porque sabrían que tengo que protegerte. No puedo permitir que alguien se entere.

—¿Intentaron atacarme dos veces? - Se sorprendió, él ni siquiera lo había notado.

—Tuve que hacerles algunos favores para que te dejaran en paz, si no fuera por mí no estarías aquí sentado.

—No me lo reclames a mí como si yo hubiera rogado por tu protección.

—No, Kihyun, todo lo contrario. Estás en contra mío desde que llegaste cuando lo único que he hecho es ayudarte.

—¿Ayudarme? Me obligaste a estar en tu maldito grupo.

—Fue por ese trato de mierda - Alzó la voz el peliblanco. —Deberías estar agradecido porque nadie más te iba a querer en su grupo.

—Eso no es verdad - Negó Kihyun.

—¿Qué cosa? - Preguntó Jooheon un tanto confuso, respirando hondo para calmar su creciente enojo.

—Alguien más me quiere en su grupo - Dijo como si fuera algo obvio.

Jooheon rió con fuerza. —Adelante, dime quienes son los idiotas que te quieren.

—Aidan, ¿lo conoces? - Lo analizó con la mirada Kihyun

El rostro del otro se transformó. Su sonrisa desapareció y sus ojos lo miraban con dureza. Sus hombros se tensaron y sus manos se cerraron en puños. Sus nudillos estaban blancos por la fuerza, sus labios fruncidos hacia afuera, con rabia.
—¿Hablaste con Aidan?

—Así es, él fue quien me contó sobre la directora y los tratos que tienes con ella.

Jooheon miró al techo con una sonrisa irónica, como si no pudiera creer lo que estaba oyendo.
—Aidan es un maldito desquiciado, Kihyun.

—¿Él es el desquiciado cuando tú manipulas a toda la cárcel e incluso torturas a los que no aceptan estar bajo tu mando?

Jooheon definitivamente no se esperaba una respuesta así. Se aclaró la garganta. Todavía apretaba las manos.
—¿Acaso sabes por qué Aidan está preso?

Máxima Inseguridad // ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora