"SECRETO" (Tom Riddle y tú +18)

1995

NARRADOR OMNISCIENTE

Hermione y Ron habían encontrado a T/n de rodillas en el suelo, sollozando después de que Tom desapareciera.

Ron la tomó por los hombros abrazándola —Vamos T/n, tenemos que volver al castillo.

Ella negó con la cabeza mientras soltaba en llanto.

—T/n hay alguien que quiere verte— dijo Hermione, t/n alzó la cabeza, Hermione pudo ver sus ojos hinchados y rojos, cansados de tanto llorar.

—No quiero hablar con nadie en este momento, quiero estar sola— murmuró.

—T/n...— Hermione se inclinó y tomó su brazo
—Sirius está en Hogwarts.

Las palabras de Hermione habían caído como un balde de agua helada a t/n, había pasado casi un año desde la ultima vez que había visto a su padre.

Ella no dijo nada y se levantó de el suelo para acompañarlos hasta Hogwarts.

Mientras tanto en Hogwarts, Harry ya se encontraba con Sirius en la oficina de Dumbledore, el, Sirius en persona se encontraba allí, tenía la cara tan pálida y demacrada como cuando había escapado de Azkaban

—¿Estás bien Harry? Lo sabía, sabía que ocurriría algo así ¿qué pasó?

Harry se encontraba demasiado nervioso para responder.

—¿que ha ocurrido?— volvió a preguntar.

Dumbledore se dio la tarea de explicarle a Sirius lo que había sucedido, ya que Harry no se encontraba emocionalmente bien en ese momento.

El cementerio, la muerte de Cedric, absolutamente todo.

—¿Que significa todo esto Dumbledore?— pregunto Sirius.

—Ha vuelto, e intentará retomar su principal objetivo, adueñarse de el ministerio y de Hogwarts. Lo que viene es inevitable, una posible guerra mágica se aproxima Sirius.

—La guerra nunca terminó, solo hubo un tiempo intermedio, y ese tiempo se acabó.— comentó Black.

—Harry, escúchame. Tienes que ser valiente, como lo fuiste hoy, fuerte por tus amigos y por tu familia, escúchame Harry, tu familia está aquí, somos nosotros, Hogwarts, tus amigos, las personas que te rodean....

La puerta de el despacho se abrió antes de que Black terminara de hablar. Hermione, Ron y T/n estaban ahí, la chica Black luchaba por limpiar las lágrimas de su rostro para evitar que su papá se diera cuenta.

Rápidamente entraron a la oficina cerrando la puerta detrás de ellos.

Sirius observó por un momento a su hija, por un momento quedó confundido, pero al instante comprendió que quizá solo estaba asustada por lo que sucedió, este no estaba al tanto de que Diggory fuese tan cercano a ella.

—Jane...— murmuró el. El cual era el primer nombre de su hija, otorgado a ella en honor a la que fue una de las mejores amigas de su Padre, Lily J. Evans. O bien Lily J. Potter.

—Hola papá— dijo ella en voz baja, apenas pudo escucharla Sirius, ella tenía su mirada al suelo y se encontraba cruzada de brazos, Ron y Hermione la rodeaban.

Sirius se acercó a ella y ella lo miro, sus ojos eran tristes y estaba callada, no era la misma chica alegre de todos los días, definitivamente algo no estaba bien.

—Cariño...¿qué pasa?— la tomo de los hombros

—Nada yo...yo solo estoy impactada, es todo...— murmuró aún sin verle a los ojos.

—Era su mejor amigo— Harry hablo. —Diggory era su mejor amigo.

Ella permaneció callada ante este comentario, Sirius miró entre ella y Harry y después terminó en ella.

Tomo su rosotro delicadamente y lo inclino hacia arriba, obligándola a levantar la vista.

Ella lo miro a los ojos, y si las circunstancias hubiesen sido diferentes, podría decirse que se alegraba de verle, ese podía haber sido el mejor día de el año, pero no lo fue.

Forzó una sonrisa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, Sirius la miro y se vio a sí mismo reflejado hace unos años atrás, cuando pasó por el mismo dolor al perder a dos de sus mejores amigos. James Y Lily.

La chica no resistió más y lo rodeo con sus brazos mientras soltaba a llorar en su pecho. —Me duele papa, me duele mucho...—musitó mientras su voz se quebraba.

—Lo se Cariño— Sirius le acarició la cabeza sosteniéndola fuerte contra su pecho.

Cansada de llorar y totalmente atónita la chica se desvaneció en los brazos de Sirius.

Hermione, Ron y Harry suspiraron asombrados y rápidamente se acercaron para ayudar al igual qué Dumbledore.

—Hay que llevarla a la enfermería.— afirmó Dumbledore.

Sirius la cargo en sus brazos —Yo lo haré— olvido por un momento, que era prófugo de Azkaban.

—No pueden verte Sirius, damela, yo lo haré.

Sirius entendió, le entregó a la chica en brazos a Dumbledore y este la cargó.

Sirius volvió a su forma de perro grande y negro y bajo junto a Harry y Dumbledore un tramo de escaleras hasta la enfermería.