Taking care of a little dragon

25. Mamá

Draco esperaba paciente afuera de la escuela, sentado en las escaleras a su papá. En sus manos, una hoja decorada con crayola y brillantina. Era un dibujo simple, pero que había dibujado con mayor dedicación que los anteriores y que, para el, tenía un significado importante.

Era día de la madre. En la escuela les pidieron hacer un regalo a su mamá.

Al instante pensó en Remus, después de todo una mamá era la que te daba la vida y te llevaba por nueve meses en su pancita, cuidándote, y su papi lo cuido por muchos meses antes de que saliera al mundo, pero nunca le dijo a su papá Remus "mamá" o "mami", así que lo descarto. Pensó en Sirius, pero él era su padre, no salió de él y él no lo cuidó en su pancita por mucho tiempo, además de que todavía no era Día del padre, así que también lo descartó. Su abuelo Albus y Gellert no, eran abuelos, padres de su papá Remus. Y no existía un día del padrino como para darle algo a su padrino Sev, pero siempre estaba su cumpleaños.

No había una mujer en su vida que pudiera considerarse con el título de madre.

Fue cuando la maestra habló.

"Una madre es la que cría, no la que engendra"

Entonces supo exactamente a quien hacerle su regalo.

Tardo casi todo el día, quedándose en el salón durante su receso para terminar su obra. Justo cuando la campana de salida dio por terminada la jornada, fue cuando terminó.

Llevaba esperando un rato largo a Sirius, quien era el que lo recogería hoy. Con cuidado de no maltratar su hoja y que estuviera perfecta para la noche, en donde harían una cena especial del día de las madres en casa de sus abuelos.

— ¡Draco!— gritó Sirius nada mas aparecerse frente a la escuela.

Draco bajo rápido pero con cuidado las escaleras y tirándose a los brazos abiertos de su padre. Cuando Sirius lo acomodo mejor sobre su cadera, comenzaron a caminar hacia El Caldero Chorreante para usar la Red Flu.

— Papá, papá— llamó Draco. Ambos se detuvieron frente al muro que daba a la parte trasera del local. Draco jugaba con la esquina de la hoja,— Am, yo. Yo quería pedir algo

— ¿Que quieres cariño?

— Una caja de regalo— dijo. Debió ver la cara de confusión de Sirius poque de inmediato le mostró su dibujo a su papá.

Black, al verlo, no pudo evitar sonreír.

— ¿Crees que le guste?— preguntó dudoso y algo temeroso.

— Le va a encantar, Draco— aseguró Sirius con un beso en su mejilla. Alborotándole en cabello, regreso sus pasos para llegar a una tienda especial del callejón.

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La cena del día de las madres no era algo común en la mansión Grindelwals. Pero ahora, seis hombres celebraban a la verdadera madre de toda la familia.

Minerva McGonagall

Los elfos habían decorado con adornos preciosos y delicados todo el comedor y la larga mesa habían usado la vajilla costosa que se usaba en momentos especiales. El centro de la mesa tenía un enorme ramos de rosas y flores variadas rodeadas de los regalos para la mujer que estaba en la punta de la mesa, y con un poco de magia de los elfos conjuraron los instrumentos para crear melodías casuales durante toda la velada.

Todos estaban tratando como reina a la mujer, incluyendo Gellert, que a pesar de no llevarse bien con ella, era la madre de su hijo y tenía que tratarla como se merecía. Aunque sea por un día.