ᴠɪɪɪ. ᴇʟ ɴɪñᴏ ᴅᴇ ᴘᴀᴘá

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“De todos los títulos que he tenido el privilegio de tener, "Papá" siempre ha sido el mejor".

-Ken Norton.

—Entonces el bebé... —murmuró pensativo, armando el rompecabezas en su cabeza —¿El bebé del que hablaban Engin y Piril era...?

—Supongo que si —respondió Eda mirándolo —Ellos han estado con nosotros en todo momento.

—¿Por que no me dijiste sobre el cuando nos vimos en la oficina? —le preguntó curioso, sin ningún tipo de malicia en su voz.

Eda sonrió con tristeza —No es fácil decirle a alguien que tiene un hijo, si no te recuerda y además te pide el divorcio

—Yo... lo siento Eda —se disculpó con sinceridad, cada vez más arrepentido de su actitud —Fui un idiota, si hubiese sabido sobre nuestro bebé..

Eda negó —Un hijo no es razón para permanecer juntos —respondió con sinceridad —Tu no querías seguir casado con alguien que no recuerdas y yo no iba a usar a Alp para retenerte.

Y Serkan se sintió aun peor, mientras más tiempo pasaba con Eda, más notaba la maravillosa persona que era y lo alejada que estaba de la persona que Selin le había pintado.

—Lo importante es Alp —dijo Eda con una sonrisa —Ese pequeño nos necesita.

Y como si Alp supiera que era su momento de hacerse notar, un fuerte llanto se escuchó en el departamento, sacando a ambos del trance en el que estaban.

—Esa es mi señal —susurró.

Eda soltó la mano de Serkan que aún tenía entte las suyas y se paró del sofá para ir a buscar a su bebé, estaba comenzando a subir las escaleras en dirección a la habitación de Alp cuando una idea pasó por su mente, se giró y vio a Serkan mirando las ecografias en la cajita con nostalgia, como si de alguna manera le resultarán familiar.

—Serkan —lo llamó — ¿Qui-quieres conocerlo? —le preguntó con timidez cuando él la miró.

Serkan miró la cajita aún en su regazo, se sentía abrumado por toda la informacion recibida, pero aún asi aceptó, una extraña sensación de anhelo llenando su corazón —Claro.

La siguió escaleras arriba en silencio, observando todo a su alrededor con curiosidad, podia ver algunos cuadros, flores y fotos que estaba seguro había elegido Eda, cuando la vio detenerse, supo que adentro estaba Alp, su bebé y se puso nervioso, su corazón latiendo con rapidez.

—Hola, mi amor —escuchó decir a Eda mientras se acercaba a la gran cuna que se encontraba al centro de la habitación para tomar en brazos al pequeño bebé que sollozaba —¿Tienes hambre? —murmuró dándole pequeñas palmaditas en su espalda para tratar de calmarlo.

Serkan los observó desde la puerta y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando vio la pequeña personita que Eda sostenía en sus brazos, solo le veía su pequeña espalda y estaba seguro que era el bebé más hermoso del mundo.

—Hay alguien aquí que quiere conocerte —le dijo Eda a su bebé besando su cuello repetidamente para tratar de hacerlo reír —¿Que tal si nos das esa hermosa sonrisa?.

Eda observó a Serkan y se acercó a él con lentitud, dándole tiempo de asimilar todo, sabía que lo que estaba pasando debía ser muy fuerte para él y no quería abrumarlo más de lo que ya estaba. —¿Recuerdas que hablamos de que papá volvería, Alp? —le dijo a su bebé que aún sollozaba inquieto.

Serkan la miró con sorpresa al escuchar que ella le hablabla de él y se acercó aún más a ellos, tomó la pequeña mano de su bebé cuando estuvieron lo suficientemente cerca y cuando esos ojos verdes tan iguales a los suyos que ahora estaban húmedos por las lágrimas lo miraron con curiosidad, supo que daría la vida por él.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now