xᴠ. ʟᴀ ʟʟᴀᴠᴇ ᴅᴇ ᴛᴜs ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏs

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Daría cualquier cosa por volver a esos momentos, todo a cambio de un segundo juntos, porque cuando todo empieza a ir mal lo único que deseo es volver a tu lado y abrazarte fuerte. Quiero volver a esos días donde sólo hacía falta una mirada para hacernos sonreír, donde el tiempo pasaba sin que nos diéramos cuenta y todo lo demás no importaba, sólo nosotros...”

-El diario de una pasión

Serkan se sentía nostálgico ese día, a veces escuchar una palabra, ver una cara, un objeto lo hacía tener una sensación rara, como si esas cosas, esas caras o esa palabra lo llevaran a otro lugar, a otro tiempo.

Sentía como si en su cabeza hubiera un gran muro que encerraba otro mundo, otra Serkan. Un mundo que encerraba una historia por descubrir, y eso le daba miedo, le daba miedo abrir esa puerta y ver lo que podría encontrar del otro lado del muro, encontrar a ese Serkan del que le hablaban y no recordaba lo hacía sentir ansioso, asustado.

Era fiel creyente que los recuerdos no se pueden matar, ni tampoco esconder, solo se pueden olvidar por un corto periodo de tiempo hasta que algo los activa, un gesto, un lugar, una mirada o  una persona, porque le había pasado muchas veces desde el accidente y aún así diariamente se preguntaba que faltaba, ¿Qué era lo que necesitaba para recordar completamente todo?.

A menudo sentía como si se hubiera  olvidado de quien era realmente, sentía como si viviera en una mentira, como si no fuera quien cree que es, pero a la vez sentía que estaba donde quería estar, donde amaba estar, su lugar seguro, su hogar.

Cada vez que miraba o pensaba en Alp y Eda sabía que ellos eran su pasado, su presente y su futuro, y anhelaba recordar, no porque dudara de lo que sentía por ellos, sino porque sentía que les debía algo, sentía que les debía recordar su historia completa, recordar sus momentos juntos.

Porque a pesar de que mirarlos a ambos, era ver la viva imagen de lo que nunca pensó querer, eran todo lo que amaba y no tenía duda de eso.

Las imágenes que le habían venido a la cabeza esa mañana cuando vio a Eda con el pastelito en sus manos seguían grabadas en sus ojos, ella era la llave que activava cada uno de sus recuerdos y no tenía duda de eso.

Y eso es lo que justamente pensaba un par de horas más tarde cuando decidió volver a casa con la esperanza de encontrar a Eda y Alp allí, había tratado de concentrarse durante el día y se le había hecho imposible, por lo que cerró su computadora y ordenó su mesa antes de salir.

—¿Ya te vas? —le preguntó Piril cuando se lo encontró en la puerta de la oficina.

—Si, estoy un poco cansado, pero deje todo el trabajo terminado —respondió un poco decaído —Me iré a descansar.

—Oh, nos vemos mañana entonces —le dijo su amiga tratando de ocultar la sonrisa por la sorpresa que le esperaba más tarde.

—Nos vemos -—se despidió Serkan sin mirar atrás.

Salió rumbo a su casa y cuando la encontró totalmente vacía su ánimo decayó aún más, nunca le había gustado celebrar su cumpleaños y por algún razón ese día quería hacerlo con las dos personas que no veía por ningún lado y de las cuales se habia despedido esa mañana, miró los juguetes de su bebé en el piso y sonrió con lo mucho que había cambiado su vida incluso si no recordaba varios meses de ella.

—Hola mamá —saludo cuando respondió el teléfono que no paraba de sonar en su bolsillo.

—Hola bebé, ¿Cómo estás? —le preguntó ella alegremente.

—Bien, ya sabes como es, no me gusta mucho este día —respondió tratando de convencerse a sí mismo, que era como antes y que este día no quería celebrar su cumpleaños.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt