xɪ. ʟᴀᴢᴏs ғᴀᴍɪʟɪᴀʀᴇs

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"No hay familia perfecta. Todos discutimos y peleamos. En ocasiones incluso dejamos de hablarnos, pero al final, la familia es la familia, y el amor siempre estará ahí".

—Mamá me llamó esta tarde cuando estaba en la oficina —comentó Serkan de repente.

—Oh, ¿Ella está bien? —le preguntó tratando de evitar su mirada, no quería que Serkan viera cuanto le dolía la situación con Aydan.

—Si, lo está —respondió con una pequeña sonrisa, notando como a pesar de todo Eda se seguía preocupando por su mamá —Ella nos invito a almorzar el fin de semana —le contó con timidez —Le dije que te preguntaría antes de responder.

—No tienes que pedirme permiso para salir con Alp, Serkan —dijo Eda mirándolo esta vez a los ojos —Eres su padre y tienes los mismos derechos y autoridad sobre el que yo.

—Es solo que ella... —murmuró con nerviosismo.

Eda negó entendiendo lo que quería decir —No, no puedo —lo interrumpió.

—Pero....

—Por favor no me lo pidas, porque no iré —le dijo con tranquilidad.

—Eda yo... —quiso intervenir en defensa de su madre, se sentía culpable por las distancia entre ambas mujeres.

—Serkan por favor —le pidió —No me lo pidas porque no iré, al menos no ahora, no puedo. Se que es tu madre, pero hay cosas que no son tan fáciles de olvidar.

—Está bien —aceptó suspirando, la suplica en sus ojos impidiéndole decir algo más.

Comieron y hablaron de todo un poco, siendo su bebé el tema principal, dejando atrás a Aydan Bolat, Serkan tenía claro que las cosas no volverían hacer igual entre ellas en un largo tiempo, pero esperaba que con el tiempo las cosas mejorarán entre ambas, era testigo de cómo la distancia les dolía a ambas.

Para él, los primeros días habían sido una mezcla de emociones, pese a que no recordaba al cien por ciento los últimos meses de su vida, le explotaba el corazón de amor por su pequeño bebé y por Eda, había sido un shock para el enterarse de lo que había sido su vida en los meses que había olvidado, pero poco a poco sentía que  todo se iba acomodando en su lugar.

Y si algo tenía claro, era que se estaba volviendo a enamorar de Eda y eso lo estaba volviendo loco.

Después de levantar y lavar todo lo de la cena, se sentaron en el sofá a ver una película con Alp entre ambos, quien trataba de llamar la atención de sus padres con sus pequeños chillidos de bebé emocionado.

—¿Cansada? —le preguntó Serkan cuando la vio bostezar.

Eda asintió —Un poco, ha sido un día largo —respondió mirando al bebé entre ambos —Creo que iré a cambiar a este pequeño terremoto lleno de energía y lo pondré a dormir para poder ir a dormir yo también.

—Yo puedo hacerlo —se ofreció Serkan.

—¿En serio? —preguntó con una pequeña sonrisa esperanzada en su rostro, el cansancio del día sintiendose como piedras en su espalda.

—Por supuesto —aseguró Serkan parándose del sofá para tomar a Alp en brazos y llevarlo a su habitación —Me encanta poner a dormir a este bebé y así tu también puedes descansar.

—Gracias —le digo Eda mirandolos a ambos con una sonrisa.

—No tienes que agradecerme por eso, Eda —respondió con seriedad —Es nuestro hijo, no tienes que llevarte todo el trabajo sola.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now