xᴠɪ. ɴᴏ ᴍᴇ sᴜᴇʟᴛᴇs ʟᴀ ᴍᴀɴᴏ

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"Dame tu mano, quiero mostrarte que hay alguien en esta vida que no te soltara"

-Damms Vega

Este capítulo contiene +18

Entrar en un camino nuevo tiene de todo, miedos, preguntas, incertidumbre, pero sobre todo dudas, un camino nuevo solo nos dice que nos llevará a un lugar nuevo, mejor o peor, pero eso no lo sabremos hasta que estemos en el, tratar de recomponer una relación es como eso, un lugar nuevo te puede llevar hacia un hermoso tesoro o hacia un abismo, nunca se sabe.

No podemos saber si vamos a fallar en el momento de actuar, solo sabemos que si actuamos demasiado tarde, las consecuencias pueden ser irreparables y si actuamos demasiado pronto también puede ser irreparable.

Se trata de entender que todo tiene su tiempo, y eso era lo que sentia Serkan en ese momento, que cada pieza estaba en el camino correcto.

Un camino sin culpas, sin dolor, sin miedo, y repleto de amor.

Cuando llegaron a casa esa noche, lo único que quería Serkan era poner a dormir a Alp y poder estar a solas con Eda, desde que se habían besado en la pista de hielo, no podía dejar de pensar en tenerla solo para él entre sus brazos, incluso si todo lo que hacían era dormir, quería poder sentirla a su lado.

Habían acordado que Eda llevaría a Alp a su habitación para ponerle su pijama y ponerlo a dormir mientras el se preocupaba de Sirius, por lo que después de llenar sus platos con agua y comida, buscó una botella de vino, dos copas y algunos chocolates que sabía que le gustaban a Eda para llevarla a la que alguna vez fue la habitación de ambos, quería que fuera una noche especial en la que solo fueran ellos.

Con sus latidos acelerados debido a la emoción subió los escalones de dos en dos queriendo llegar rápido arriba y viendo como sus planes se iban al tacho de la basura cuando entró a la habitación y vio a Eda y Alp durmiendo profundamente en el centro de la cama, sonrió con ternura ante la imagen de las dos personas más importantes de su vida juntas, suspirando dejó las cosas en la mesita de noche y tomó a su bebé en brazos con cuidado de no despertarlo para llevarlo a su cunita a descansar.

Mientras caminaba de regreso a la habitación pensó en todo lo que había pasado ese día y se sintió en paz, después de mucho tiempo se sentía totalmente feliz, con su vida yendo en en rumbo correcto, se cambió su ropa por unos pantalones de pijama y se acostó a lado de Eda en la cama, atrayendola hacia el para envolverla entre sus brazos.

-Buenas noches, mi amor -susurró besando su cabeza antes de cerrar sus ojos y dejarse llevar por el sueño.

Dos horas más tardes, despertando de un sueño profundo, el mejor que había tenido en semanas, Serkan se giró en la cama para besar la frente de Eda antes de pararse para ir a ver a su bebé que lloraba en su habitación, sabía lo cansada que estaba Eda y le susurro que el podía encargarse solo antes de arroparla en la cama asegurándose que volvía a dormir.

Los suaves lloriqueos de Alp resonaban en el monitor de bebés, por lo que lo silencio antes de salir de la habitación y entrar a la de su pequeño, prendió la luz de lámpara y se acercó a su cuna, apenas Alp lo vio dejó de llorar lo que lo hizo sonreír, lo sacó de su cunita y lo envolvió en sus brazos para tratar de que volviera a dormir.

-No tienes idea lo mucho que tú y tu mamá han cambiado mi vida -le susurró en voz baja, mirando con ternura como movía sus pequeñas manos y pies dentro de la manta en la que lo tenía envuelto -Los amo mucho y siempre voy a estar para ustedes.

Alp chilló y envolvió con sus pequeñas manitos el dedo de su padre para tratar de llevarlo a su boca y así poder morderlo -Tengo muchos planes para nosotros -le contó Serkan acariciando su mejilla -Como llevarte al parque, a jugar a la playa, también quiero enseñarte a patinar, a andar en bicicleta, a nadar, montar a caballo.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon