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Ashton entrecerró los ojos con violencia, era como si tuviese apunto de llorar, pero decide soportar un rato más.El silencio reinaba en esas calles desiertas, a lo lejos se podía observar un hombre durmiendo a un costado de la calle, bajo el techo de un negocio, envueltos en unas sabanas sucias y rotas. Las calles olían mal, muy mal, allí nadie cuidaba la pequeña ciudad. Ashton no podía dejar de pasar por alto la razón por la que estaba allí, frente a un estúpido negocio de comidas rápidas vacío... Mercurio, ella necesitaba algo mejor, y Ashton solo podía comprarlo con dinero, el dinero que no tiene.

Así que encendió un cigarro, no era la primera vez que robaba, claramente no, pero tenía una sensación demasiado inquietante, muy inquietante. No podía dejar de sentir algo en el pecho, como si hubiese encerrado una mariposa en su caja torácica y esta estaba dejando mordidas venenosas por todos lados. El cigarrillo lo mantenía calmado, tranquilo, le hacia sentirse cada vez mejor.

Así que suspiró y tomo el revolver entre sus manos, tenía que ser demasiado rápido, algo que hacia mal y todo podía convertirse en un maldito error. Así que paso por la puerta, la cual tenía una estúpida campanilla y el vendedor al mirarlo, levanto las manos en alto. Ashton sonrió, pero arriba, en una esquina del lugar, había una cámara con una luz roja parpadeante. Lo estaban filmando, lo descubriría la policía. El no tenía balas en ese revolver, era solo para asustar.

-!Dime donde guardas las cintas de la cámara!-Gritó Ashton realmente alarmado, ¿como pudo ser tan torpe como para pasar eso por alto? Una cámara... y lo tenía grabado todo.

-Yo... eh... atrás-Dijo el hombre temblando. Así que Ashton saltó el mostrador velozmente y corrió hacia la habitación que había detrás. Desenchufo la cámara y reviso los archivos en la computadora, se metió al que anunciaba la fecha de ese mismo día: 14_06_2001

Cuando terminó de borrar completamente el vídeo, volvió al lugar, el hombre al verlo volvió a levantar las manos y Ashton se arrojó hacia la caja registradora, con un golpe en seco, esta se abrió y Ashton tomo todo el dinero posible muy rápidamente. Entonces cuando se estaba por ir, al mirar al vendedor, descubrió que este le apuntaba con un revolver.

-Oyé... tranquilo, no tengo balas en mi revolver, necesito el dinero, no tengo para comer, para dormir, tengo a Mercurio, ella necesita, necesitamos el dinero. Lo siento... siento que seas tú al que le robé-Dijo Ashton apenado. Así que sacó el dinero de sus bolsillos y los arrojó al suelo. El hombre temblaba de una manera que era espantosa, y si fue intencional, o no, este apretó el gatillo. Y en solo dos segundos la bala perforó en la cabeza de Ashton. Su sangre manchó las paredes verdes y este cayó al suelo, como si solo fuese un cuerpo sin vida, ahora era eso... un cadáver, murió en el impacto. Como si no fuese nada... como si no valiese nada, cayó al suelo. La sangre comenzó a extenderse por todo el lugar, en cada rincón del negocio.

El hombre aun apuntaba con el revolver a la nada, porque lo había logrado, consiguió matarlo, mató a una vida indefensa. Ashton ya no sería Ashton, ahora solo sería una noticia en los noticieros de la tarde. Mercurio... ¿qué será de ella? No más, no había final feliz. No hay final, porque la vida continua, para todos, excepto para él y otros más.

MercurioWhere stories live. Discover now