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24. Sola

Reiyan se fue de inmediato del lugar sacandose la mascara mientras lloraba, la fémina manejo hasta una estación de trenes abandonado, se bajó del vehículo y comenzó a caminar mientras lloraba, extrañaba sus a viejos amigos, a su hermano y a su padre, pero no podia volver, sabia que los pondría en riesgo si sus enemigos descubrieran sobre sus amistades y familia.

En eso que caminaba en dirección de uno de los trenes, aparecieron unos delincuentes que estaban fumando, y al ver a una chica atractiva, querían aprovecharse de ella

– ¡HEY HERMOSA! – gritó uno de cabello negro - ¿Qué haces aquí tan sola?

– ¿Buscas compañia? – Se acercó uno de pelo rubio

– ¿Quieres acompañarnos? - Se acercó uno de cabello castaño.

Reiyan no respondió a nada de lo que le decían y solamente los ignoro pasando por el lado de ellos.

– Oye maldita, te estamos hablado – El de cabello negro tomó el brazo de Reiyan para detenerla

Reiyan se detuvo pero no hizo nada, los otros dos se acercaron y comenzaron a tocar los hombros de Reiyan y su cintura. La fémina sólo estaba con una falda tubo negra, camisa blanca y chaqueta del mismo color que su falda, además de unos zapatos negros altos.

– Eso es preciosa... dejate... - El rubio no termino de hablar ya que Reiyan le metió un golpe en el rostro mandandolo a volar inconsciente, el puño de Reiyan tenía sangre

– ¡¿Qué MIERDA?! – Grito el de pelo castaño

En eso Reiyan le lanzó una patada al de pelo castaño, lanzandolo contra uno de los trenes dejandolo inconsiente. Finalmente solo quedaba el peli negro, este estaba temblando, pero no se dejaría intimidar por una mujer.

– Maldita zorra, tendrás tu merecido – El peli negro se lanzó contra Reiyan, pero solo logro que la fémina lo pateara brutalmente en la entrepierna, haciendo que se arrodillara ante ella.

– Escucha maldito, no soy una mujer débil que se deje tocar por tres idiotas – Reiyan tomó la cabeza del tipo para que la mirara a los ojos - que no se te olvide este puto tatuaje - la fémina abrió su camisa mostrando en su pecho el tatuaje de Bonten - si te vuelvo a ver otra vez o a tus putos amigos, dense por muertos - la chica le dio una patada en el rostro estrellandolo contra el piso, dejándolo inconsciente – ahora mis zapatos tienen sangre, que asco.

Reiyan sacó un pequeño paño que guardaba dentro de su chaqueta, se limpió las manos y los zapatos con ese paño.

La fémina continuo caminando hasta que encontró un cierto tren que le llamaba la atención, esta se subió al techo de uno de los trenes abandonado y se recostó para observar las estrellas

Flashback

– ¿A dónde vamos hermano? - Hablo la pequeña de 11 años

– Es una sorpresa – Draken de 13 años sonrió

Reiyan se sujetó bien del abdomen de su hermano, este manejaba una moto que ambos con muchos años de ahorros y de esfuerzo pudieron comprar.

A los minutos llegaron a la estación de trenes abandonado

– ¿Llegamos? - Pregunto mirando a los trenes.

– Si, el otro día lo vi y por eso quise venir contigo – Draken sonrió – Sígueme

Ambos se bajaron de la moto y caminaron a uno de los trenes, ambos subieron al techo y vieron la lluvia de estrellas juntos

– ¡Es muy hermoso! – Reiyan miraba con asombro las estrellas caer

– Sabía que te gustaría, es por tu cumpleaños número 11 hermanita – Draken acarició el cabello de Reiyan

– ¡Muchas gracias por traerme! – Reiyan le sonrió mostrandole una gran sonrisa.

Fin del flashback

– Ahora solo estoy yo... - Reiyan comenzó a llorar sola en el lugar. Se sentía destrozada, abandonada, traicionada, deprimida y sola.

En eso su celular comenzó a sonar, pero esta no contestaba asi que decidio por apagarlo. Además de haber apagado el GPS del auto, nadie sabría dónde se encontraba.

Mientras tanto, en la mansión de Bonten.

– ¡¿DONDE ESTA REIYAN?! ¡YA DEBIÓ HABER VUELTO! – Grito Mikey a su hombres

– N-no lo se Mikey, la vi salir de la mansión con Atsushi, dijo que volvería enseguida. - Dijo Kokonoi

– ¡Kakucho buscala en el GPS ¡YA! - Ordenó Mikey

– S-sí señor – Kakucho busco en su laptop el auto de Kokonoi, ya que la fémina había ido en este – N-no me aparece, no está en la zona

– ¡NO ME JODAS! – Mikey golpeó la mesa rompiendola - ¡QUIERO QUE TODOS ME DIGAN LO QUE PASO HOY CON REIYAN! – Mikey también se había dado cuenta de la actitud extraña de la fémina del día de hoy.