49. Chismes

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– Llamaré a Ran, no creo que pueda cocinar ya es muy tarde – Reiyan saco su celular

LLAMADA

¿Rei?

Ran, ¿podrías hacerme un favor grande?

¿Cómo mi verga?

FIN DE LA LLAMADA

– Mejor pidamos comida a domicilio – Reiyan comenzó a comprar comida por delivery

– Ese Ran... - Kokonoi comenzó a reír a carcajadas

– Pero, Koko... - Reiyan se unió a las risas contagiosas de Kokonoi

Mientras tanto en la mansión

– ¿Bueno? ¿Rei? ¿Sigues ahí? – Ran vio la pantalla de su celular – Demonios, no salió como esperaba – Ran río

– Eres bien desagradable a veces – Dijo Kakucho recostandose en el sofá - ¿Ya me pagarás la terapia?

– No – Ran chasqueo la lengua - ¿Cómo vas con tu local con Koko? – Ran se sento frente de Kakucho

– Bien, tenemos buenas ganancias – Kakucho se estiró - ¿Y ustedes?

– Bien, bien... todo normal hasta ahora – Dijo Ran, alguien llegó a su lado

– ¿Aún Reiyan no llega? Le toca cocinar hoy – El estomago de Sanzu sono

– Mikey se molestara si no cumple – Dijo Kakucho sentándose

– Algún día que se enoje con ella – Dijo Ran – Un día no le hace daño a nadie

– Ahora que lo dices... el jamás a estado enojado con Reiyan... - Dijo Kakucho

– Oh si... hubo un día... y casi la mata... - Dijo Sanzu

– Es cierto... cuando pelearon contra Walhalla – Dijo Ran recordando

– ¿El halloween sangriento? – Pregunto Kakucho

– Si... si no fuera por ese tal Takemichi, Mikey hubiera matado a Reiyan – Dijo Sanzu

FLASHBACK

Creo que no será necesario conseguir esa información... - Dijo Ran sentado observando como Reiyan estaba suplicando a Mikey que se detuviera de golpear a Kazutora

La va a matar – Dijo Rindou – Que desperdicio

¿La golpeara? – Ran estaba serio observando el espectáculo

Lo más probable – Dijo Rindou

En eso Takemichi se coloco en medio de Reiyan y Mikey, este fue golpeado por este último, la fémina estaba esperando su momento de morir, pero el amuleto que compraron cuando eran niños detuvo a Mikey de cometer un asesinato hacia Reiyan.

Eso sí es tener suerte – Dijo Rindou, el sonido de la policía comenzó a escucharse – Es la ley

Escuchen, nos largamos – Dijo Ran – Tú, no olvides de conseguirme esa información

Si señor – El subordinado se marchó

Pasaron unos días, el subordinado de los Haitanis volvió con unas hojas bastante maltratadas

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