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32. Un dia normal en Bonten

Reiyan estaba en la mansión, específicamente en su oficina juntando toda la información que había dado Dowyn, tener que ir al monte Haruna, ir cerca de la Isla Sado y el local donde habían ido Sanzu y los Haitanis la noche anterior. Su suero había funcionado perfectamente, pero no dejaría que se vendiera, solo seria un arma secreta para Bonten

– ¡PRECIOSA ESTAMOS DE VUELTA! – Grito Sanzu entrando a la misión

– ¿A dónde fueron? – Pregunto Kokonoi - ¿Y porque estas mojado?

– Nade con los peces – Río Sanzu

– Literalmente – Dijo Ran

– ¿Tienes algún calmante, Kokonoi? Me duele mucho la cabeza – Dijo Rindou tocando su cabeza, este se sento en el sillon frente de Kokonoi

– Yo tengo una – Sonrio Sanzu dándole una pastilla – Ten, te sentirás mejor

– No tomaré nada viniendo de ti – Rindou lo ignoro

– Con que con esas estas... - Sanzu toco la herida de Rindou

– ¡AHHH! – Grito de dolor Rindou, Sanzu le lanzo la pildora directo en la garganta, este lo trago – ¡Maldito!

– Me lo agradecerás después – Sonrió Sanzu

– ¿Rindou? – Ran se acercó a su hermano

– ¿Quién eres? – Debido a la pérdida de sangre, Rindou comenzó a delirar rapido

– Creo que le pegó mal – Dijo Kokonoi

– Jijijiji – Reía Sanzu – ya se acostumbrara

– ¿Por qué se está riendo un algodón de azúcar rosado? – Rindou se acercó a Sanzu, se subió a su espalda y comenzó a morder la cabeza de Sanzu

– ¡SUÉLTAME! – Sanzu intentaba quitárselo de encima

– ¡RINDOU SUÉLTALO! – Ran intentaba quitar a Rindou

– Alejate, moreton mal hecho – Rindou pateó a Ran en el rostro, haciendo que cayera en el sofá muy adolorido, la fuerza de Rindou en ese estado era sobrehumana

– Esto se esta poniendo bueno – Dijo Kokonoi lejos comiendo palomitas disfrutando del desmadre que estaba pasando

– ¡KOKO AYUDAME, SACAMELO! – Rindou incrusto sus dientes en la cabeza de Sanzu - ¡AHHH!

– Y viene relleno con mermelada de frutilla, mi favorito – Dijo Rindou

– ¡SUÉLTAME! – Sanzu corrio por la mansión con Rindou aferrado a su cabeza - ¡REIYAN AYUDAME! – Sanzu golpeaba desesperadamente la puerta de la oficina de Reiyan

– Que sabrosa la mermelada – Rindou succionaba la sangre de Sanzu

– ¡ME CHUPARAS HASTA EL ALMA! ¡SUÉLTAME! – En eso Reiyan sale de su oficina y le inyectó un calmante a Rindou, este cayó dormido al instante – Mi salvadora – Sanzu se arrodillo ante Reiyan

– ¿Qué le diste a Rindou para que se comportara de esa manera? – Reiyan comenzó a revisar a Rindou que estaba en el piso

– Le di una de mis pastillas para que no le doliera la cabeza – Sanzu se tocaba su cabeza, tenía mucha sangre en su mano

– Idiota, Rindou no soporta ese tipo de cosas – Reiyan cargo a Rindou en su espalda

– ¿Cómo sabes? – Sanzu se acercó sonriendo

– Como segunda al mando de Bonten debo conocerlos al pie de la letra – Reiyan llevó a Rindou a la habitación de este - Tengo un historial de todos ustedes